Los quesos:
Se recomienda tener de tres a siete tipos de queso. Según su sabor y textura se catalogan en:
1. Pasta dura, semigrasos:
parmesano o provolone, por ejemplo. Se cortan en rodajas o se desgranan.
2. Semiduros: gontina, gruyère, gouda. Se pueden cortar en triángulos.
3. Pasta blanda: camembert o brie. Se colocan enteros y con un cuchillo para que los corten y los unten en el pan.
4. Semiblandos: de aspecto marmoleado con vetas azul grisáceas: roquefort o gorgonzola. Se sirven en trozos, ya que se desgranan con facilidad.
5. Quesos frescos y cremosos: mascarpone o queso de cabra. Se sirven enteros o en tacitas. Se pueden mezclar con alguna hierba aromática.
Los fiambres (carnes frías)
1. Lo ideal es combinar sabores salados, dulces, especiados e intensos.
2. Usualmente se coloca un jamón crudo, por ejemplo un jamón serrano o un prosciutto, o un jamón cocinado o ahumado, como un honey ham o un smoked ham. No se recomiendan los jamones prensados.
3. Los jamones son, por excelencia, de cerdo, pero puede encontrarlos cocinados y ahumados de pollo o pavo.
Los embutidos:
Se puede utilizar desde una mortadela de muy buena calidad con aceitunas o pistachos hasta salami, chistorra, fuet, etc.
Otros fiambres:
Roast beef, pancetta, lomo ahumado, pastrami. Los fiambres pueden cortarse en rebanadas, rodajas o dados. Se pueden enrollar o cortar de forma decorativa.