Esto se fundamenta en que Alejandro Giuntini, director técnico del club florense, es graduado en diseño gráfico, mientras que Gustavo Galera, su asistente, posee una licenciatura en sicología.
Mientras que Giuntini se encarga de mantener el orden y la disciplina, Galera es quien le ‘sopla’ al oído cuándo es momento de aplicar una inyección de motivación.
La historia de estos dos argentinos, quienes hoy tienen al conjunto florense en semifinales del Verano, se inició hace 31 años en Mar del Plata, donde ambos se conocieron en el equipo llamado Kimberley.
“Crecimos en distintos barrios, pero nos juntamos en el club Kimberley, allí hicimos inferiores –ligas menores– y Primera juntos, pero después Alejandro hizo el salto a Buenos Aires y yo me quedé en torneos regionales”, expresó Galera.
El asistente técnico, quien desde hace 14 años tiene un consultorio de sicología en Mar del Plata, es, al igual que Giuntini, graduado como director técnico de futbol con licencia A de FIFA.
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Con respecto al estratega florense, Galera manifestó que “es honesto con lo que piensa, y eso a veces trae problemas, no cae bien”.
Su primera experiencia fue en ligas menores de El Martillo, equipo de Mar del Plata donde estuvo desde los 6 años, y en el Peñarol de la misma localidad.
De ahí pasó al Kimberley y al Deportivo Nesto, equipos regionales.
Por su buen juego como defensor se fue a la Primera División, en la que jugó para Independiente de Avellaneda, Vélez Sarsfield, Lanús y el prestigioso Boca Juniors.
Tras estar en Boca se trasladó a Francia, donde militó en el Cannes, y de ahí a Suiza, a jugar con Sion.
Al concluir la etapa europea regresó a su país para estar con el Unión de Santa Fe, y su última etapa como jugador fue en el Ras Al Kahima, en Emiratos Árabes.
“En el 2000 dejé el futbol y me dediqué a entrenar, mis estudios de técnico los hice en Santa Fe un año y en Mar del Plata”, dijo Giuntini.
El título de diseñador lo consiguió en la escuela Martín Navarro; según Giuntini, el diseño es algo que retomará cuando deje de dar órdenes desde el banquillo.
Por su inclinación a las artes gráficas el técnico se manifiesta amante del orden.
“No puedo cuando hay desorden, y no soporto la injusticia”, comentó tajantemente.
Tal y como lo denotó a principios de este campeonato, cuando hizo declaraciones pasadas de tono a varios medios de comunicación, Giuntini se autocalificó como una persona de “mecha corta”.
“Tengo miles de defectos, y uno es ese, tengo poca paciencia, soy de mecha corta”, manifestó.
A pesar de la escasez de paciencia, el entrenador maneja muy bien el camerino, y es visto por sus jugadores como una persona ‘abierta’.
Según Gustavo Galera, Giuntini tiene claro que el bien más preciado de un club es el jugador.
“Él está a muerte con el futbolista, es un buen amigo”, apuntó.
Tanto Galera como Giuntini están esperando que acabe el torneo de Verano para irse a Mar del Plata, donde se conocieron y comenzaron una polifacética historia.