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Entre Líneas: Mala garantía para un gobierno de unidad

La iniciativa de un gobierno de unidad es loable e interpreta con acierto el mandato surgido de las urnas, pero incorpora una garantía de dudosa eficacia y poca elegancia.

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El gobierno de unidad esbozado por el presidente electo, Carlos Alvarado, invita a los partidos de oposición a proponer ternas para casi la mitad de los despachos ministeriales y las presidencias ejecutivas. Es un planteamiento generoso y, al mismo tiempo, realista, en un país con el cuerpo político tan dolorosamente fragmentado. El gabinete compartido también aspira a ser reflejo de un programa de gobierno común. Por eso, los socios del Ejecutivo deberán suscribir acuerdos concretos para orientar la gestión legislativa. La idea no es repartir puestos sin ton ni son.








Armando González R.

Armando González R.

Laboró en la revista Rumbo, La Nación y Al Día, del cual fue director cinco años. Regresó a La Nación en el 2002 para ocupar la jefatura de redacción. En el 2014 asumió la Edición General de GN Medios y la Dirección de La Nación. Abogado de la Universidad de Costa Rica y Máster en Periodismo por la Universidad de Columbia, en Nueva York.

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