Washington
Las revelaciones sobre las torturas de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) a presuntos miembros de al-Qaeda provocaron indignación en Estados Unidos y en el mundo, pero es poco probable que afecten a la agencia de espionaje.
El informe, publicado por el Senado, es abrumador y se une a las críticas recurrentes que ha recibido la CIA por sus programas en las últimas décadas. Entre las que se encuentran el fracasado desembarco en Bahía de Cochinos, en Cuba, a principios de los años 1960, el caso Irán-Contras en los años 1980 y los informes falsos sobre armas de destrucción masiva en Irak a principios de los años 2000 fueron otras tantas ocasiones para que sus detractores señalaran con el dedo a la CIA.
Sin embargo, todo indica que la CIA seguirá siendo un organismo vital del espionaje y la recolección de información en todo el mundo.
Los recursos para financiarla han aumentado en miles de millones de dólares en los años posteriores a los atentados del 11 setiembre de 2001. Por ejemplo, la CIA dirige una flota de drones que matan regularmente a combatientes enemigos y dispone de cada vez más personal.
A pesar de que la demócrata Dianne Feinstein, presidenta de la comisión de Inteligencia del Senado, quien redactó el estremecedor informe sobre la aplicación de torturas, describió las acciones de la CIA como una "mancha en nuestros valores y nuestra historia", la mayoría de los miembros del Congreso apoyan esas operaciones secretas, porque las consideran esenciales para combatir a adversarios como el grupo Estado Islámico (EI).
Además, la CIA insiste en que sus brutales interrogatorios permitieron extraer informaciones cruciales para, por ejemplo, permitir localizar a Osama bin Laden, eliminado en 2011.
"La administración Obama y muy ciertamente las siguientes continuarán apoyándose en la CIA para el trabajo tradicional de recolección de información y las operaciones antiterroristas en el mundo", declaró a la AFP William Banks, experto en inteligencia y director del Instituto para la Seguridad Nacional y Antiterrorismo en la Universidad de Siracusa.
"La agencia es realmente esencial para preservar la seguridad nacional ahora y en el futuro. Pienso que el episodio de las torturas es odioso, pero sigue siendo una excepción", agregó.
La CIA a realizado operaciones riesgosas bajo todas las presidencias estadounidenses desde su creación en 1947. Dispone de poderes únicos para espiar, chantajear e incluso matar a enemigos de Estados Unidos en el mundo.
Sus misiones adquirieron aun más importancia tras el 11 de setiembre, cuando la persecución de terroristas se convirtió en la piedra angular de la estrategia de Washington para impedir nuevos atentados.
Incluso los críticos más duros de la agencia, como el senador demócrata Mark Udall, apoyan las misiones esenciales de la CIA . Y tras media hora de críticas intensas en el Senado, donde lamentó que la agencia "se niegue a reconocer lo que ha hecho" y pidió la renuncia de su director, John Brennan, Udall afirmó que el informe sobre las torturas podría tener, a fin de cuentas, un impacto positivo sobre la CIA .
El senador republicano Saxby Chambliss también descartó cualquier restricción presupuestaria para la CIA a modo de represalia. Afirmó que el organismo ha tomado hoy el buen camino: "Trabajamos de forma diferente en el presente y pienso que eso nos ayudará a largo plazo".