El diario estadounidense The New York Times anunció este viernes al costarricense Marco Hernández Solano, de 37 años y oriundo de Santa María de Dota, como su nuevo editor gráfico. Orgulloso de sus raíces al hablar del logro, Hernández comentó este sábado que lo atribuye mucho a la educación recibida en Costa Rica.
“Nos complace anunciar que Marco Hernandez se une a The Times como editor de gráficos. Trabajó recientemente como desarrollador de visualización de datos en Reuters en Singapur, donde cubrió todo, desde la evacuación de Kabul hasta los incendios forestales, el rescate de una minería china y la explosión de Beirut. También, visualizó la enorme cantidad de botellas de plástico vendidas y trazó el mapa del viaje épico de un inmenso iceberg”, expresó la publicación al presentarlo a los lectores este viernes.
Hernández creció en Santa María de Dota (San José) donde se egresó del Colegio Técnico Profesional José Daniel Flores Zavaleta. Trotamundos internacional, su corazón está anclado en esa comunidad y en Costa Rica, donde asegura tener sus raíces al expresar su satisfacción por este logro laboral que lo hizo mudarse a él y su familia de Singapur a Nueva York.
“El apoyo de mi familia siempre ha sido muy importante, agradezco que a donde fuese que nos llevará la vida, que siempre conté con una gran actitud de ellos sin importar si era en Dota, San José, Hong Kong, Singapur o Nueva York, como en esta ocasión”, expresó Hernández quien laboró para La Nación entre los años 2008 y 2017.
Desde entonces, acumula una extensa trayectoria de premios, mudanzas por el planeta y abundancia de trabajo.
Después de salir de La Nación, Hernández, su esposa Eilyn Gamboa Cordero y su hijo Mathias se mudaron a Hong Kong, donde trabajó en el diario South China Morning Post, como director de diseño digital por cuatro años. Posteriormente, aceptó en el 2019 un ofrecimiento de la agencia de noticias Reuters en Singapur, por tres años.
Justo cuando llegaba allí, The New York Times lo contactó por primera vez para atraerlo. No obstante, la invitación llegó cuando recién llegaba a Singapur y al inicio de su paso por Reuters, por lo cual declinó, pues lo juzgó inadecuado con sus nuevos empleadores y su familia.
“Con todo el dolor del alma, les dije no. Para mí era una ventana ya cerrada. Seguí con lo mío, pues no creía posible que viniera otro acercamiento y mi circunstancia con Reuters fue muy buena. Me sentí un poquito triste ante una gran oportunidad, pero en Reuters fue todo muy provechoso y con premios recibidos”, explicó.
Sin embargo, la publicación neoyorquina insistió entre el 2019 y 2020 hasta que la contratación maduró este 2021.
Como parte de sus nuevo cargo en Nueva York, Hernández debe buscar historias con potencial visual de forma que puedan presentarse a los lectores con datos e interpretaciones visuales.
Según su propio relato, su labor dicta “ponerse y quitarse distintos sombreros” según lo imponga la historia. Por un lado, será dibujar cómo será la historia, por otro realizar programación, hablar con fuentes de información o revisar grandes depósitos de datos. Según cada paso, vendrán otros sombreros.
Todo el trabajo, agrega, es multidiciplinario y recae en una sola unidad responsable de que cada historia visual tenga sentido y se diferencie de otros medios de prensa.
“Podemos cubrir la misma historia, pero juntar diversas disciplinas hace que sean diferentes. Como editor, serán las historias las que digan cuántas personas estarán involucradas. Algunas veces serán tres, pero pueden ser 15 o 20 según sea necesario”, explicó este sábado. El tico agregó que el departamento al cual se une lo integran 40 personas que ocupan un piso completo del Edificio New York Times en Manhattan.
Educación en Costa Rica
Quienes han conocido a Hernández saben que su tranquilidad y humildad solo rivalizan con su amor por su familia y su trabajo. Sin embargo, cuando se le pregunta a qué atribuiría sus logros hasta hoy, Hernández admite respuestas transparentes y directas.
“Mi educación profesional es toda costarricense. En efecto, desarrollé habilidades y agregué estudios en Asia y Europa mientras hacía mi propio camino, pero puedo decir que mi esencia vocacional se debe a los salones universitarios públicos y privados ticos”, advierte este egresado de la Universidad de las Ciencias y el Arte en Barrio Luján, donde luego impartió clases también.
Dice ser un convencido de que el sistema educativo en Costa Rica es muy bueno aún y cuando puede mejorar. No obstante, desde su perspectiva, el futuro profesional de los jóvenes se define en la misma cabeza del estudiante.
“Si se está dispuesto a seguir con pasión algo, de seguro que la vida traerá grandes cosas con solo una actitud correcta. Los límites que nos impongamos de alguna forma en nuestro propio camino, por desconocimientos técnicos, son fáciles de solucionar; los realmente duros son los que nos ponemos en la cabeza; algo como un miedo al fracaso por ejemplo, que es fulminante para una carrera profesional”, recomendó.