Beirut. Las fuerzas del régimen sirio consolidaron su presencia en los alrededores de Duma, último bastión rebelde en la Guta Oriental amenazada por un nuevo ataque, al mismo tiempo que siguen las evacuaciones de insurgentes y civiles en la devastada región.
Apoyado por su aliado ruso, el gobierno de Bashar al-Asad ya reconquistó más del 90% del último bastión insurgente en la periferia de Damasco, por medio de una mortífera ofensiva que obligó a dos grupos rebeldes a aceptar las evacuaciones.
Esta operación militar, lanzada el 18 de febrero, puso de rodillas a las facciones disidentes, el diluvio de fuego del régimen mató a más de 1.600 civiles y localidades enteras fueron devastadas, según el Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH).
Los bombardeos cesaron con el inicio de las evacuaciones, pero el bastión de Duma, en manos de Jaich al-Islam, espera saber cual será su suerte cuando las negociaciones realizadas entre Rusia y los rebeldes islamistas están estancadas.
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El régimen y su aliado ruso amenazaron con reanudar los combates para obtener la salida de Jaich al-Islam, que se mostró determinado a seguir en Duma, donde viven unos 200.000 civiles, según estadísticas locales.
“Todas las fuerzas involucradas en Guta Oriental se dirigen hacia Duma, en previsión de una vasta operación militar que será lanzada si los terroristas de Jaich al-Islam rechazan ceder la ciudad y partir”, indicó el miércoles el diario pro-régimen al-Watan, que cita una fuente militar.
En la misma ciudad sube la tensión y centenares de personas se reunieron en el centro, reclamando conocer el resultado de las negociaciones, o pidiendo la liberación de presos detenidos por los rebeldes, informaron habitantes.
En un primer tiempo, la OSDH había asegurado que las negociaciones debían facilitar el mantenimiento en Duma de Jaich al-Islam a cambio del despliegue de la policía militar rusa, mientras el sector debía recibir los servicios básicos del Estado sirio (agua, electricidad), sin que el Ejército entre allí.
Sin embargo, las negociaciones chocan ante una petición de Jaich al-Islam, que reclama una amnistía general para que los habitantes de Duma puedan desplazarse libremente, según una fuente cercana al caso.
Ahora Moscú reclama la salida de los rebeldes como ocurrió en otros lugares distintos a Guta, según fuentes cercanas a las negociaciones.
Nuevas evacuaciones seguían siendo preparadas el miércoles en el bastión que estaba en poder de la facción islamista Faylaq al-Rahmane.
Más de 1.500 personas, entre ellas 398 combatientes, se instalaron a bordo de una treintena de autobuses y esperan llegar a los territorios rebeldes en el noroeste de Siria, según la televisión estatal.
Cada día, el proceso se repite. Luego de largas horas de espera y minuciosas revisiones bajo la supervisión de soldados rusos, una caravana de autobuses empieza su periplo de unas doce horas hacia la provincia de Idlib (noroeste), que escapa casi del todo al control del poder.
En total, cerca de 23.000 personas ya salieron de Guta en virtud de los acuerdos de evacuación.
Miles de ellos llegaron el miércoles a Qalaat al-Madiq, sector rebelde en la provincia de Hama, escala frecuente en la ruta de Idlib, constató un corresponsal de la AFP.
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A algunos buses los habitantes les lanzaron piedras, rompiendo vidrios, confiaron pasajeros al corresponsal de la AFP.
A la llegada, organizaciones humanitarias distribuyeron juguetes, alimentos, leche y jugo a los niños que bajaban de los buses.
Gracias al apoyo militar de Rusia, el poder sirio pudo cambiar a su favor la situación en el conflicto que afecta a Siria desde el 2011, multiplicando las victorias frente a los rebeldes y los yihhadistas, hasta reconquistar más de la mitad del país.
A comienzos de año hizo de Guta Oriental su prioridad, mientras los rebeldes de ese sector, asediados desde el 2013, lanzaban obuses contra la capital causando víctimas.
Frente a la ofensiva del régimen, unos 128.000 civiles huyeron de los territorios rebeldes en la Guta Oriental para llegar a los sectores gubernamentales, según medios estatales, algunos cientos este miércoles.
El conflicto sirio ha causado más de 350.000 muertos y se transformó en una guerra compleja que involucra a variedad de intereses y beligerantes.
Pero pese a la recuperación y fortalecimiento del régimen, vastas partes de territorios todavía le escapan: las provincias de Idlib y de Deraa (sur), donde los rebeldes y yihadistas están muy presentes, así como el noreste, dominado por la minoría kurda.