El año pasado los ladrones cometieron 7.784 robos, es decir, 21 casos diarios. En los últimos cuatro años el índice de robos a viviendas en nuestro país presenta una línea creciente, según se desprende de las denuncias que recibe el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
En el 2011 los robos a viviendas reportados al OIJ fueron 6.611, mientras que en la cifra del año pasado se registraron 1.173 más.
Agosto, julio, mayo y setiembre fueron, en ese orden, los meses con más golpes.
Por provincias San José y Alajuela son las que más sufren por ese delito, mientras que las casas de Cartago y Heredia son menos violentadas por los delincuentes.
En la estadística por cantones, San Carlos encabeza la lista y eso ha sido denunciado constantemente por los vecinos y líderes comunales y municipales, cuyas quejas por la inseguridad motivaron un refuerzo policial el año pasado ante la ola de asaltos y robos.
Ese cantón, el más grande del país, registró 429 robos a viviendas el año pasado, sin contar otros delitos como asaltos y robos a locales comerciales. Le siguen en importancia el cantón central de Alajuela con 322, Pococí de Limón con 321, el cantón central de Puntarenas con 305 y Liberia con 293.
En la provincia de San José, los cantones cuyas viviendas más fueron visitadas por el hampa en el 2014 fueron Pérez Zeledón, con 284 robos; el cantón central, con 264 y Desamparados con 162.
Otro cantón que registra valores altos en robo a casas es La Unión de Cartago, con 218 casos el año pasado, muy por encima de los 174 que hubo en el cantón central de Cartago.
Otros con fuerte influencia de este delito son Nicoya, Siquirres, Santa Cruz, Sarapiquí, Golfito, Turrialba y Matina, a los que se suman los cantones centrales de Heredia y Limón.
Para el hampa no hay hora fija. Las estadísticas revelan que la mayoría de los robos son entre las 6 p. m. a 9 p. m., pero este delito se comete a toda hora.
Willliam Montero, comerciante del mercado de Heredia y vecino de San Joaquín de Flores, ha sufrido dos veces robos en su casa. En ambos casos puso la denuncia ante el OIJ y las dos veces le llamaron luego de la visita policial para decirle que el caso quedaba sin seguimiento por falta de evidencias.
La primera vez fue hace siete años, cuando varios sujetos lo sorprendieron en momentos en que hablaba con un amigo en la entrada de su casa. Dice que fue el caso más violento porque su esposa y tres hijos estaban en la casa y todos fueron amenazados con arma de fuego y encerrados en un baño. A raíz de ese asalto puso verjas en su casa y reforzó la seguridad.
En junio pasado salió de su casa con la familia a las 7 p. m. y al regresar, a las 10 p. m. se encontró con que habían abierto el portón eléctrico de la cochera sin forzarlo, siguieron hacia la puerta principal que abrieron al parecer con una palanca y le robaron una moto casi nueva, una pantalla grande de televisión, joyas, tenis y ropa. Montero calculó en ¢2 millones lo robado.
Esta familia es una de las 7.784 que el año pasado sufrieron pérdidas por acción del hampa en sus hogares y que, según Montero, lejos de recuperar los bienes, deben vivir entre rejas.
En el 2013 los ladrones entraron a casas de quienes en ese entonces fungían como ministro de Educación, Leonardo Garnier; como diputada, Patricia Pérez y en la de un exjuez de apellido Gallardo.