El Estado ignora cómo operan sus 1.500 acueductos comunales, pese a que estos se encargan de administrar el 25% del agua potable del país. ¿Quiénes los conforman y cuántos abonados tienen registrados? ¿Cuál es la situación de sus fuentes, cuál es la calidad del agua que venden y cuánto cobran ?
Hoy, el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) –rector del agua potable– desconoce esos datos y ninguna otra institución a cargo del líquido lleva el apunte.
De acuerdo con la Aresep, la información que registra el Instituto no cubre ni el 10% de las Asociaciones Administradoras de Sistemas de Agua Potable y Saneamiento (Asadas) y está muy desactualizada, por lo que no es confiable ni tampoco útil.
El desorden y la falta de armonía entre esos entes privados y el Gobierno ha hecho que el 40% de los acueductos opere ilegalmente, sin haber firmado el convenio de delegación con el AyA. Así lo manifestó Carlos Herrera, intendente de Aguas de la Aresep.
No obstante, ante la falta de alternativas, capacidad y recursos económicos del ente rector para asumir la administración de los sistemas, esas Asadas continúan operando.
Los análisis de la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (Aresep) en Asadas revelan que su debilidad más frecuente es la cloración inadecuada. Según Herrera y Édgar Gutiérrez, jerarca del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), ya llegó la hora de que el AyA se dedique a ordenarlas y monitorear su calidad.
“Sin duda debe haber una delegación explícita del AyA para la administración del recurso, por lo que la entidad debe esforzarse, de ahora en adelante, por identificarlas y ponerlas en línea”, dijo el ministro.
El Estado también desconoce la calidad del servicio de los 28 acueductos municipales que operan. Estos, junto con las Asadas, administran el 40% del recurso.
¿Mejorará? En un intento por vigilar estos 1.500 acueductos, el Gobierno lanzó un plan interinstitucional para integrar datos. El primer paso es aplicar un cuestionario a cada Asada y crear una base. Este proceso lo impulsó la Aresep en el 2013 y hoy está en manos del Instituto.
Desde hace un mes, el AyA aplica la herramienta de caracterización inicial en 305 acueductos comunales, ubicados en las regiones Chorotega y Norte-Norte. Esta etapa es financiada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y estaría concluida en abril del 2016.
“Este instrumento ya lo montamos en digital y quienes están en el campo (contratados mediante licitación, con asesoría del AyA) ya lo tienen en una tablet . Entonces, visitan el acueducto y ahí mismo llenan los datos en digital”, dijo Yamileth Astorga, presidenta ejecutiva de Acueductos.
En criterio de la Aresep, uno de los principales retos es obtener esos insumos, debido a que en las Asadas a menudo no hay quién los domine; tampoco alguien que atienda al personal.
El segundo paso es la conectividad de esa información entre todas las entidades del sector, mediante el Sistema Nacional de Información para la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (SINIGIRH). Esa herramienta estará disponible en una plataforma web de libre uso y permitirá hacer reportes y cruces de datos.
Según José Miguel Zeledón, director de la Dirección de Agua del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), se incluirán datos de concesiones, permisos de vertidos, estudios hidrogeológicos y de precipitación, que a menudo existen pero resultan imposibles de visualizar. Esto genera gastos y duplicación de labores.
Carlos Romero, director de Investigación y Gestión Hídrica del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (Senara), dijo que también incluirán en el sistema un esfuerzo que hizo esa entidad para sistematizar el estado de los pozos.
La primera meta con el SINIGIRH consiste en fortalecer tecnológicamente la Dirección de Agua, con una inversión de ¢333 millones, provenientes del canon de aguas que pagan los usuarios.
Para Carlos Herrera, se requerirán unos dos años para registrar un gran porcentaje de Asadas, aunque el sistema informático para procesar las encuestas estaría listo este año. La idea es que los acueductos aprendan a actualizar sus propios datos en línea.
Herrera y Astorga, del AyA, consideran que una buena estrategia para mejorar la gestión e ingresos económicos de las Asadas, sería si estas lograran agruparse o fusionarse entre sí. Esto serviría, además, para facilitar la vigilancia del Gobierno sobre ellas.
Los intentos de mejorar el registro de los acueductos comunales se dan en tiempos en los que se discute en el Congreso un proyecto de ley para permitirles a las cooperativas vender agua y asumir las Asadas que no dan la talla.
Una mayoría de diputados aprueba ese plan, pero los jerarcas del AyA y el Minae, por ejemplo, lo rechazan rotundamente.