El servicio de Nutrición del Hospital Nacional de Niños deberá ser reubicado en el mediano plazo, pues es una de las áreas que siempre resultan afectadas con las inundaciones causadas por los aguaceros.
La directora de ese hospital, Olga Arguedas Arguedas, reconoció la mañana de este viernes la necesidad de pensar en trasladar el servicio junto a otros que hasta ahora han funcionado en el sótano del edficio; entre ellos, el de rayos X y la central de esterilización de equipos.
El jueves pasado, Nutrición y el servicio de Emergencias se inundaron con las aguas que se rebalsaron de las alcantarillas por los aguaceros intensos y la basura acumulada en esas tuberías.
La situación no fue tan grave como la de junio de 2016, cuando las aguas estuvieron a punto de sacar de operación varios equipos; entre ellos, el tomógrafo y el angiógrafo del hospital.
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Según informó Arguedas la mañana de este viernes en conferencia de prensa, la necesidad de reubicar Nutrición ya ha sido planteada a las altas autoridades de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), pues no hay garantía de que una emergencia similar a la del jueves no se repita.
"Por más medidas que el hospital tome para mitigar el riesgo, que las hemos hecho, nosotros no podemos controlar lo que sucede en la ciudad ni lo que sucede desde el punto de vista meteorológico. Entonces, tenemos que optimizar la ubicación de todos esos servicios", explicó la médica.
Una de las posibilidades se dará cuando se construya la Torre de la Esperanza.
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Según explicó Arguedas, al trasladarse servicios del viejo hospital al nuevo edificio, se podrán reubicar unidades como esta en las áreas que queden desocupadas.
Con ayuda de la Municipalidad de San José se volvieron a revisar las alcantarillas cercanas y se limpió toda la zona para reducir el riesgo ante la inminencia de los aguaceros vespertinos.
Esta mañana también se está haciendo una inspección de Nutrición, por parte de ingenieros y arquitectos, tras la cual se podrían definir nuevas medidas en el transcurso de la tarde de hoy, dijo Arguedas.
Por ahora, el hospital funciona con normalidad, incluyendo el suministro de alimentos a los pacientes internados.
La preparación de las leches de fórmula se trasladó al quinto piso del edificio de Especialidades Médicas, con lo cual se tiene garantizada la alimentación para la mayoría de niños hospitalizados, que son pacientes lactantes.
Los 2.000 funcionarios (repartidos en unos 600 por cada uno de los tres turnos) tendrán que buscar por su propia cuenta su alimentación, pues el servicio para ellos está temporalmente suspendido ya que la prioridad son los internados.