Tres equipos médicos, valorados en unos $3 millones, están en revisión luego de ser afectados con las lluvias que inundaron el Hospital Nacional de Niños, el sábado anterior.
Los aparatos son un tomógrafo (tac), un angiógrafo y una autoclave de gas, informó la directora médica a. i., Olga Arguedas esta mañana.
Los aguaceros que cayeron ese día en varios sectores de la capital, anegaron las áreas de Urgencias, Ortopedia, Nutrición y Radiología de ese centro pediátrico y causaron una verdadera emergencia, reconoció Arguedas, quien explicó que las aguas alcanzaron una altura de 20 centímetros.
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Aunque la mayoría de los servicios volvieron a la normalidad desde la mañana del domingo, la zona de Radiología se mantiene trabajando a media máquina pues es ahí donde están instalados los equipos de tomografía y angiografía.
Según explicó Arguedas, funcionarios de las empresas responsables de dar mantenimiento a estos aparatos, se encuentran revisando su estado.
Se decidió tenerlos bajo observación de aquí al miércoles próximo 22 de junio, pues se tienen que secar y poner en operación para ver si sufrieron algún desperfecto producto del contacto con el agua.
Cada día, ese hospital realiza 20 estudios de tac y dos cateterismos cardíacos. Los pacientes que se acumulen entre este lunes y el miércoles serán reprogramados lo más pronto posible, dijo Arguedas.
Los casos que entren de urgencia y que requieran cualquiera de esos dos procedimientos, serán referidos al Hospital San Juan de Dios, que es el centro que está dando apoyo al hospital pediátrico.
Olga Arguedas aseguró que, de detectarse algún dato en estos aparatos, el Hospital Nacional de Niños cuenta con pólizas del Instituto Nacional de Seguros (INS) para recuperar el valor en caso de que se sufra alguna pérdida.
Además, las autoridades del nivel central de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) autorizaron disponer de recursos extraordinarios de ser necesario, agregó la directora médica.
Aguaceros intensos. Las lluvias del sábado afectaron diferentes partes del Área Metropolitana.
En el caso del Hospital Nacional de Niños, explicó Arguedas, hay una acequia que pasa justo debajo de las instalaciones.
Este afluente fue entubado hace muchos años; incluso antes de que se construyera el hospital, cuyas instalaciones más viejas superan el medio siglo.
Al alcantarillado pluvial que ahí existe (que recoge el agua llovida) se suma el alcantarillado sanitario (que recoge las excretas).
El sábado, ninguno de los dos sistemas dio abasto con la cantidad de agua que cayó.
Autoridades del Hospital Nacional de Niños sostendrán el día de hoy una reunión con funcionarios de la Municipalidad de San José y otras instituciones, como el Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA), para analizar la situación, informó Arguedas.
El hospital, por ahora, no puede garantizar que una emergencia similar a la vivida el sábado no se repita.
Según Arguedas, se recurrió a construir tarimas especiales para elevar los equipos, y a instalar una válvula de chequeo para cerrar automáticamente los servicios sanitarios en caso de una nueva inundación.
El día de hoy, el hospital funciona con relativa normalidad, aseguró la directora médica. Al punto, dijo, que no se detuvo ninguna cirugía, incluidas las cardíacas.
Esta inundación sucedió en momentos en que el hospital enfrenta una plétora de pacientes graves afectados con infecciones respiratorias agudas.
Están recibiendo hasta 60 casos diarios; y entre 5 y 6 necesitan de cuidado intensivo por esa causa.
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