Kiev. AFP. La situación en Ucrania, en su tercer día de violentos enfrentamientos entre policías y opositores proeuropeos , se está saliendo de control, advirtió Rusia ayer, cuando se publicaron unas leyes que endurecen las sanciones contra los manifestantes.
Tras una segunda noche de enfrentamientos, una calma relativa reinaba en el centro de Kiev, donde los manifestantes habían cesado de lanzar cocteles molotov contra los policías. Por su parte, estos últimos, protegidos por sus escudos, seguían formando impresionantes cordones policiales.
Las negociaciones entre el poder y la oposición parecían bloqueadas. Vitali Klitschko, un dirigente opositor que solo acepta conversar con el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, se retiró del edificio de la presidencia, después de enterarse de que el mandatario estaba demasiado “ocupado” para recibirlo personalmente.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergéi Lavrov, consideró que la situación en el país “se está saliendo de control” y denunció el apoyo “indecente” a la oposición ucraniana de los europeos, que acusan al poder de Kiev de haber provocado una escalada de la violencia después de la adopción de unas leyes más represivas contra los manifestantes.
El diario del Parlamento ucraniano, Golos Ukrainy , publicó ayer una batería de leyes que endurecen las sanciones a los manifestantes y que entrarán en vigor hoy.
Una ONG de defensa de los medios de comunicación indicó ayer que 35 periodistas habían resultado heridos en los enfrentamientos.
Las protestas comenzaron en Ucrania cuando Yanukóvich rechazó firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE) y optó por un acercamiento a Rusia.
Yanukóvich promulgó el viernes las leyes que establecen nuevas sanciones contra los manifestantes, a pesar de advertencias occidentales y amenazas de sanciones.
Los textos aprobados por el Parlamento ucraniano prevén penas de prisión de 15 días por la instalación no autorizada de tiendas de campaña o estrados en lugares públicos, y hasta cinco años de prisión para las personas que bloqueen los edificios oficiales.