Kiev. AFP. Ucrania entró ayer en una nueva era, con la designación de un presidente interino hasta la celebración de nuevas elecciones el 25 de mayo, luego de la destitución el sábado, por parte del Parlamento, de Víktor Yanukóvich.
De acuerdo con la Constitución, el presidente del Congreso, Olexandre Turchínov, fue designado ayer jefe de Estado interino con una amplia mayoría.
Turchínov tendrá plazo hasta el martes para formar un gobierno de unidad nacional que se encargará de preparar las elecciones y de tratar de cerrar las heridas abiertas por esta crisis política , que dejó al menos 80 muertos.
Turchínov declaró ayer que está abierto a un diálogo con Rusia siempre y cuando el Gobierno de Moscú respete la decisión del pueblo ucraniano de establecer relaciones estrechas con la Unión Europea (UE).
Fue precisamente la negativa de Yanukóvich a suscribir un acuerdo de asociación con la UE y, en cambio, acercarse a Rusia el detonante de la grave crisis política.
“Estamos listos para un diálogo con Rusia (...) si respeta la opción europea de Ucrania, que espero será confirmada en las elecciones presidenciales convocadas para el 25 de mayo”, señaló Turchínov.
“El anterior gobierno condujo a la economía a la catástrofe. No hay dinero en las arcas (públicas)”, dijo el presidente interino.
Ante la sucesión de nuevos hechos, después de la firma de un acuerdo politico entre las fuerzas ucranianas, que no incluía la destitución de Yanukóvich, Moscú llamó a consultas a su embajador en Kiev , anunció ayer el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso.
“Debido a la escalada de la situación en Ucrania y ante la necesidad de un análisis integral de la situación bajo todos sus aspectos, se ha decido convocar a Moscú al embajador de la Federación Rusa en Ucrania, Zurabov, puntualizó.
Aparente calma. Mientras tanto, el centro de la ciudad de Kiev –que fue el escenario de durísimos enfrentamientos entre opositores y la Policía–, parecía recuperar un aire de normalidad, pese a que las fuerzas del orden y los manifestantes mantenían las barricadas en las calles.
Decenas de miles de personas, acudieron al corazón de la capital para constatar las huellas dejadas por tres meses de una crisis.
Con flores y cámaras, lloraban a los muertos e inspeccionaban las imponentes barricadas.