Los desarrolladores de aplicaciones ven en la elaboración de videojuegos educativos un mercado en crecimiento.
Según Marlon Cascante, director creativo de CanuArts, en los últimos meses, solo esa compañía lanzó de la mano del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi), el juego para computadora Danny El Geko , que pretende fomentar normas básicas de convivencia en carretera mediante pruebas y simulaciones.
De la mano del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), ellos también dieron a conocer recientemente Vigilantes del agua , otra iniciativa lúdica que explica cómo se completa el ciclo de este líquido.
Danny El Geko ha alcanzado 19.000 descargas, mientras que Vigilantes del agua ya fue descargado por 5.000 jugadores. Los dos son gratuitos y se juegan en computadoras con los sistemas operativos Windows y MacOS X.
“Hacer un videojuego es como crear un documental o película de cualquier tema, la única diferencia es que la persona que lo ve también lo vive”, aseguró Cascante.
Por esa razón, los juegos donde los usuarios asumen un rol pueden resultar tan virales.
Las instituciones públicas y las empresas han entendido este fenómeno, pues “se garantizan que el mensaje queda claro y además hay gran distribución y exposición de marca en los videojuegos”, añade.
A diferencia de otro tipo de herramientas como libros de colorear, volantes, afiches, los proyectos tecnológicos de este tipo tiene dos ventajas: permiten llevar programas educativos a sus destinatarios y son herramientas de distribución en las que es posible medir el uso que las personas hacen de la información recibida.