Todos los jueves, puntualmente a las 8 a. m., un grupo de adultos mayores, estudiantes del Programa Integral del Adulto Mayor (PIAM) de la Universidad de Costa Rica (UCR) se reúnen para poner su mente en ejercicio.
Al frente del grupo, Jorge Grané, arquitecto y máster en ciencias cognoscitivas, guía a un grupo en el que la camaradería reina: los chistes, las risas, el compartir historias y recuerdos motivan el aprendizaje con un solo objetivo: “alborotar las neuronas” para potenciar la memoria y la atención.
LEA: 69% de adultos mayores ticos defiende su espacio personal
“Casi siempre nos vamos por las ramas y terminamos hablando de otras cosas, pero eso está bien, porque en las ramas encontramos pajaritos”, confiesa el profesor.
Y así es. Ese jueves se escucharon temas de inteligencias múltiples, memoria y hasta recuerdos de música y películas.
Grané, de 77 años, es el mayor del grupo –aventaja por dos meses a su alumna mayor– y considera que el dar clases lo mantiene con su mente en forma.
LEA: Carlos Alpízar geriatra: 'La salud debe cuidarse desde que se es joven'
“Según yo iba a dar clases a los ‘viejitos’ y luego me empecé a dar cuenta de que yo era uno, es más, todos eran más jóvenes que yo”, comentó entre risas Grané, quien también mantiene cursos para estudiantes de Arquitectura y da un curso de Historia en el PIAM.
“Cuando comencé a dar clases en este programa, hace diez años, estaba de moda el acondicionamiento físico, entonces se me ocurrió ofrecer uno de acondicionamiento mental, para ejercitar nuestra mente”, añadió.
Ejercicio mental. Sus alumnos notan mejoría no solo en su concentración, atención y memoria, si no en su forma de ver la vida y compartir el tiempo.
“Antes de tomar cursos en la ‘U’ sentía que ya estaba teniendo problemas de memoria y que no me concentraba como lo hacía hace unos años, pero después de un año de estarlos tomando siento que he mejorado mucho”, dijo Rosa Campoverde, de 59 años.
LEA: Curso busca 'acondicionar mente' de adultos en la UCR
Sentirle una utilidad a lo que aprenden es parte del secreto.
“Este tipo de actividades nos da calidad de vida. No es solo aprender, es disfrutar. Yo estoy metida en varios cursos del PIAM y de Ageco (Asociación Gerontológica Costarricense)”, mencionó Olga Barquero, de 63 años.
Marta Méndez, de 66 años, agrega: “estos cursos son espacios creativos que nos abren posibilidades. También estoy llevando cursos de nutrición para aprender a comer mejor y mantenerme más saludable por más tiempo”.