Tarzán no es el mismo de antes, ahora luce elegante, culto y refinado. Varios años después de haber dejado la selva, ahora el mono blanco disfruta al máximo de los placeres citadinos, se peina como un príncipe y hasta toma el té con sus compinches ingleses.
Apunten el pomposo nombre: en la aburguesada Londres, Tarzán (Alexander Skarsgård) es conocido como John Clayton III, conde de Greystoke. Sí, su linaje ha quedado al descubierto y ahora es el flamante esposo de Jane (Margot Robbie), la rubia de la que se enamoró en la selva.
De entrada, este es el panorama que nos muestra La leyenda de Tarzán (2016), filme de David Yates que hoy jueves llega a las salas nacionales precedido de una crítica sobresaliente, provocadores tráilers de acción y un elenco de lujo: Christoph Waltz y Samuel L. Jackson juegan un rol crucial en la historia.
“Bellamente realizada. Esta es, realmente, la mejor película no animada de Tarzán en más de una década y ofrece un buen equilibrio de drama con interés y acción vigorosa”, escribió The Hollywood Reporter sobre el nuevo largometraje.
Se trata de una versión remozada de la narración clásica de Edgar Rice Burroughs, escritor estadounidense que en 1912 irrumpió en el mundo de la literatura con el drama de un niño huérfano, criado por completo en el corazón de la selva.
Veinticuatro novelas, medio centenar de películas y más de 30 series de dibujos animados, son el legado de una historia apasionante. Un relato conquistador de generaciones que busca bañarse de actualidad con La leyenda de Tarzán .
La cinta, según The New York Observer , “le quita la neftalina” a la historia Burroughs.
“Tarzán siempre ha estado con nosotros y, aunque nunca fui un gran fan del personaje, me enamoré de este guión”, apuntó a EFE Yates, cineasta que estuvo al frente de cuatro películas de la saga de Harry Potter .
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“Barajé muchas opciones después de Harry Potter y este texto en concreto me emocionó. Superó mis expectativas. Sentí que tenía una profunda conexión con la naturaleza y que proponía una gran aventura llena de corazón y emoción”, apuntó Yates.
El nuevo lío. En La leyenda de Tarzán , de Yates, la cómoda y aburguesada vida que lleva el protagonista está a punto de sufrir un fuerte impacto.
Un día de tantos, John Clayton III (Tarzán) es invitado para volver al Congo, en África. Supuestamente, la tarea allá es sencilla: ejercer como un embajador comercial.
Suena bien, pues quién mejor que el antiguo hombre mono para negociar con las tribus que viven en el lugar.
Pero en algún momento, algo huele muy mal en todo esto. Hiede a avaricia, poder y conquista.
George Washington, un veterano de la guerra civil estadounidense (L. Jackson) le insiste a Tarzán que regrese a su antiguo hogar. No para representar intereses políticos, sino para impedir una conspiración que esclavizaría al Congo.
El capitán belga, Leon Rom (Christoph Waltz), está detrás de los maquiavélicos planes. Con recelo al principio, pero con gran decisión después, John Clayton III toma decisiones radicales. Abandonará sus civilizados modales para volver a columpiarse en las lianas de la selva, luchar como mono y emprender la resistencia con sus hermanos animales.
Su esposa Jane, como era de esperarse, lo acompañará en una misión que, en medio de la violencia, se teñirá de romance.
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“Es una historia de amor entre dos personas que se quieren; ahí radica su fuerza, aunque cuando están separados también son fuertes por su cuenta. En las manos equivocadas podía ser una historia cursi, pero en manos de David da una sensación mágica”, añadió Margot Robbie.
Entre Jane y Tarzán, el amor se complicará en medio de secuestros y batallas épicas. Nativos contra belgas y animales enfurecidos contra todo aquel que se ponga al frente. Hay de todo.
“Las peleas generan una tensión suficiente para entusiasmar y su desenlace contribuye a una expectación genuina con respecto al resto de la trama”, dijo Humberto Sánchez, crítico de cine de El Nacional de Venezuela.
“El director de fotografía, Henry Braham, hace además un buen trabajo al ubicar al espectador en la historia”, agregó.
Para mostrar una ambientación tan adecuada como la pintan y lograr tomas lo suficientemente realistas, Warner Bros. invirtió un presupuesto de $180 millones en la cinta.
Eso sí, se trató de una filmación que, a pesar de los paisajes selváticos que muestra, se rodó mayoritariamente en los estudios de la la productora, ubicados en Leavesden, Inglaterra.
A buen paso. Tras dos fines de semana en la cartelera mundial, La leyenda de Tarzán ha recaudado $140 millones en las boleterías.
Además, en EE. UU, la cinta tiene dos fines de semana en la segunda posición de la taquilla. En el primero fue superado por Buscando a Dory y, en la segunda, por La vida secreta de tus mascotas.
En el país, la nueva película de Tarzán está disponible en formatos 2D, 3D, 4DX y Macro XE. Puede ser vista por todo público.