Las 18 mujeres que murieron antes, durante o después del parto el año pasado obligarán al Ministerio de Salud y a la Caja a revisar más detalladamente la atención que se da a las embarazadas.
En el 2014, Salud registró cuatro muertes maternas más que en el 2013, lo que hace que, otra vez, la tasa de mortalidad suba.
En el 2013, ese indicador fue de 1,7 muertes por cada 10.000 nacimientos. Un año antes, la tasa fue de 3 muertes por cada 10.000 nacimientos.
Para saber la tasa del 2014, hace falta conocer el número total de nacimientos del año, un dato que se tendrá en este primer trimestre. Sin embargo, es probable que ronde las 2 muertes por 10.000 nacimientos.
El coordinador de la Comisión Nacional de Mortalidad Materno Perinatal e Infantil, en el Ministerio de Salud, Rafael Salazar Portuguez, admitió que el descenso de los últimos 25 años se estancó.
“Si bien Costa Rica ha disminuido su mortalidad materna de forma importante, la misma se ha estancado y esto nos indica que es un problema del sistema de salud pública que aún no resolvemos”, admitió Salazar.
Entre los factores que identificó como de peso, están el incumplimiento de la norma de bajo riesgo obstétrico y la posibilidad de que haya partos atendidos por personal no calificado.
Salazar también citó la falta de consulta preconcepcional (antes de embarazarse) en los servicios de salud y el poco tiempo disponible para dar consulta prenatal (15 minutos como máximo por cada paciente de riesgo).
Según Salazar, entre un 85% y un 90% de estas muertes se pudieron prevenir, un 90% de las mujeres mueren después del parto y, con excepción de una, 17 sucedieron en los hospitales.
A pesar de lo anterior, el país tiene una de las tasas más bajas de mortalidad materna en la región y en el mundo. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en América Latina el promedio es de 8,5 por cada 10.000 nacimientos.
Medidas. Para la jefa de Ginecoobstetricia del Hospital México, Sandra Vargas, gran parte del proceso que desemboca en un deceso materno se explica por la calidad del control prenatal.
Ese control se sigue en Ebáis y clínicas. Cuando se encuentra una paciente de riesgo (hipertensa, diabética o con cáncer, por ejemplo), se refiere a los hospitales de segundo y tercer nivel, explicó Vargas. En ese hospital fallecieron dos mujeres después del parto el año pasado.
Alcides Fernández Vargas, del servicio de Ginecobstetricia del Hospital San Juan de Dios, considera básico crear la consulta preconcepcional: aquella dedicada a identificar los riesgos antes de que una mujer se embarace.
“Eso es lo ideal. Lo real es que las pacientes vienen con el embarazo independientemente de su situación clínica previa”, dijo.
Según Griselda Ugalde Salazar, del Colegio de Enfermeras, están en revisión el control prenatal y las normas para atender el embarazo de alto riesgo.
Para Ugalde, quien es especialista en ginecobstetricia, se debe hacer un seguimiento más intensivo luego del parto y trabajar sobre las condiciones sociales de muchas familias, como la pobreza o la violencia, que podrían causar más muertes de madres.