Escazú
Los 217.000 empleos que el presidente Luis Guillermo Solís prometió durante la campaña política del 2014, y que luego incluyó en su plan de gobierno, están en riesgo. Según el mandatario, ahora estos dependen de la aprobación de su reforma tributaria.
Así lo dijo el propio gobernante este jueves, al comentar los datos que reveló el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) correspondientes a la Encuesta Continua de Empleo (ECE) del segundo trimestre del 2016.
En ese lapso, según INEC, 203.000 personas estaban sin empleo; la cifra corresponde a un 9,4% de la fuerza laboral, tasa que no tuvo ninguna variación significativa con respecto al mismo trimestre del año pasado.
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Al iniciar su administración, Luis Guillermo Solís indicó que crearía 217.000 nuevos empleos, enfocados en dotar de trabajo a las personas con menores calificaciones académicas, todo a través de la Estrategia Nacional de Empleo y Producción.
En aquel momento, el Poder Ejecutivo no condicionó la creación de los puestos de trabajo a la aprobación de un plan fiscal que mejore la recaudación tributaria del Gobierno central.
Empero, ahora, Solís alega que el país tiene todas las condiciones para llegar a la meta de su administración en creación de empleo, excepto una: la reforma tributaria.
"Sin ese plan fiscal no vamos a poder llegar (a la meta). Y no vamos a poder llegar porque al ser imposible reducir el déficit, mucha de la inversión (extranjera directa) que estamos recibiendo podría espantarse. Aquí hay un tema de confianza, especialmente de confianza en los mercados, que se pondría en riesgo", aseguró Solís este jueves al comparecer ante la prensa.
De inmediato, el mandatario dio por un hecho que el paquete fiscal se aprobará, certeza que lo llevó a asegurar que su administración sí va a alcanzar la meta de dotar al país de un cuarto de millón de empleos nuevos al finalizar su mandato en el 2018.
"El desempleo está estable, pero bajó significativamente la informalidad en cinco puntos porcentuales. Esto permite afirmar que la economía sigue con buen ritmo y que las expectativas de inversión aumentan, y eso significa una cosa buena para el empleo. Esperamos que así se mantenga durante los próximos meses", adelantó el gobernante.
Solís dijo que el paquete fiscal es un "tema crítico" para la economía costarricense y para la creación de empleo.
El plan consiste, fundamentalmente, en que la Asamblea Legislativa apruebe reformas a los impuestos sobre la renta y sobre la ventas, que se convertiría en el Impuesto al Valor Agregado con una tasa 2 puntos porcentuales por encima del impuesto de ventas actual (pasaría de un 13 a un 15%).
La intención del Poder Ejecutivo es que ese plan disminuya en 3,7 porcentuales el déficit fiscal, que cerró el 2015 en un 5,9% del producto interno bruto (PIB).
No obstante, en el camino las intenciones del Gobierno topan con los obstáculos que ponen los partidos de oposición representados en la Asamblea Legislativa.
Esas fuerzas, que controlan el Directorio Legislativo y las principales comisiones del Parlamento, consideran que antes de hablar de aumentar la carga tributaria, el Poder Ejecutivo debe dar señales de austeridad y de control en el gasto público, elementos que aún no convencen a los partidos opositores.