La segunda mujer que denunció al exdiputado evangélico Justo Orozco por un supuesto abuso sexual, afirmó que acudió a él en busca de ayuda para obtener un bono de vivienda.
Así consta en el relato que esta policía penitenciaria, de 35 años y de apellido Ruiz, rindió ante la Fiscalía Adjunta de Delitos Sexuales, el miércoles, por hechos que habrían sucedido el martes, el día en que Orozco fue detenido cuando una joven de 29 años corrió hacia la Policía para denunciar que él la habría tocado en un motel de Pavas.
“Llegué al bufete en el colegio Instituto de Desarrollo de la Inteligencia, en Hatillo 1, donde me citó el señor Justo Orozco, ya que días atrás había quedado de acuerdo con él para que me pusiera en contacto con amigos de él para adquirir un bono de vivienda”, dijo la funcionaria.
Relató que llegó a las 10 a. m. y hablaron sobre el tema acordado, en términos respetuosos, hasta las 11:55 a. m. Al finalizar la reunión, el exdiputado se ofreció a llevarla a San José pues ella iba a una reunión en el Ministerio de Justicia.
Sin embargo, él se desvió hacia San Pedro de Montes de Oca a dejar, en un negocio, unas fotos de un viaje que hizo a Israel con su esposa.
Broma. “Al llegar al carro, Justo me dijo... (menciona broma sexual). Me quedé seria, porque no me gustó el comentario y nos montamos al carro nuevamente. Durante el regreso a San José, él, en repetidas ocasiones, me preguntaba por mi situación económica y familiar; me hacía preguntas como: ‘¿Ustedes alquilan casa?, ¿cuánto pagan de alquiler?, ¿su esposo le ayuda económicamente?’. También preguntó que si teníamos muchas deudas, que él me iba a ayudar en oración.
”También me preguntó que si yo andaba con alguien más, que si yo sabía que mi esposo andaba con una hembra (refiriéndose a otra mujer), diciéndome: ‘Porque usted sabe que el diablo es puerco y hay muchas tentaciones’. Yo le respondí que yo sabía lo que yo tenía por esposo.
”Cambió el tema de conversación al ver que a mí no me gustaba lo que estaba preguntándome y le respondí cortante (...). Cuando ya íbamos por el bulevar del barrio Chino, en San José, siempre en el vehículo, empezó a decirme cosas como: ‘Usted es muy linda y muy especial, por favor no se me pierda, sigamos en contacto porque usted y yo vamos a tener una amistad muy linda, muy íntima, lástima que voy para un almuerzo ahorita porque, si no, me la hubiera llevado a un lugar más privado para seguir compartiendo con usted y yo solos’. Yo solamente le respondí: ‘No se preocupe, muy amable, gracias’.
”Ya cuando nos encontrábamos a 200 metros de donde él me iba a dejar, me agarró mi mano izquierda y me la besó, diciéndome al mismo tiempo: ‘Usted me cae muy bien desde que la vi, vamos a pasarla muy bien’. Sin soltar mi mano, la puso sobre su pantalón en el área de su pene, y con mi mano hizo que yo le rozara el pene por encima de la ropa. Inmediatamente, yo quité la mano y le dije: ‘No, muchas gracias, se lo agradezco; la verdad, no me interesa, pare el carro aquí, aquí me bajo’. Mientras él tenía una sonrisa en su rostro como de burla, detuvo el carro y yo me bajé de prisa”.
Según el relato, al llegar a Justicia, le contó a su jefa parte de lo sucedido y ahí se dio cuenta de que había olvidado pedir un comprobante de la visita. Entonces, llamó a Orozco y él ofreció pagarle un taxi para que lo recogiera donde su secretaria.
“Llegué al bufete. Este señor, Justo, estaba ahí; me pagó el taxi y yo entré a la oficina de él. Ahí estaba la secretaria, me hicieron el comprobante y salí. Cuando llegué a la oficina de él, pude ver a la muchacha que lo denunció en la noche, ya que vi las noticias y reconocí la ropa y bolso que ella andaba”, expuso en referencia a la primera denunciante.
Se trata de la joven de Naranjo que dijo a las autoridades judiciales que el exdiputado la citó a las 2 p. m. en el Parque Nacional, en San José, y, antes de llevarla a un motel en Pavas sin su consentimiento, la invitó a conocer su oficina y el centro educativo.
“También recuerdo que, cuando me estaban haciendo el comprobante, él le dijo a la secretaria: ‘Póngale porque ocupo atender a esta otra muchacha que viene desde Naranjo’”, añadió Ruiz. Para Hugo Navas, abogado de Orozco, esta denuncia es un “chisme” que copia a la primera. “Es una mujer con entrenamiento para enfrentar a reos en la Policía Penitenciaria, tiene suficiente capacidad para quitar la mano de Justo de encima. No es el mismo Justo que nosotros veíamos”, declaró el defensor.