Roma. No tiene ni hora ni fecha; es una invitación abierta para cuando él pueda.
La presidenta, Laura Chinchilla, formalizará la invitación al papa Francisco para que visite Costa Rica en el encuentro que sostendrá con el sumo pontífice en sus oficinas del Vaticano, a las 10:30 a. m. de hoy, cuando en el país aún no haya salido el sol (3:30 a. m.).
Antes, el propio Gobierno y la Conferencia Episcopal le hicieron la misma invitación por escrito.
“Vamos a cursarle la invitación que no pudimos hacerle en su momento con la formalidad que se requiere; es presumible que él tenga que ir a Asia y África antes de volver a América Latina, pero cuando sea así, que considere a Costa Rica en su itinerario”, dijo Chinchilla avanzada la tarde de ayer, ya instalada en un hotel en Roma.
“Estoy segura de que el cariño que le expresaría el pueblo de Costa Rica sería muy grande”, añadió.
Según un encuesta publicada por La Nación en febrero, un 57% de los ticos mayores de edad del país profesan la religión católica. La última visita de un papa fue la de del ya fallecido Juan Pablo II, en marzo de 1983.
El encuentro de hoy, además, le dará la oportunidad a la presidenta Chinchilla de conocer en un solo periodo de Gobierno a dos jefes de la Iglesia católica.
Ya en mayo del 2012 la recibió en audiencia Benedicto XVI, quien 10 meses después renunció , al considerar que sus fuerzas habían disminuido.
“Como jefa de Gobierno y católica ha sido un privilegio, porque ambos son personas con grandes cualidades”, expresó Chinchilla.
La mandataria y otros miembros de la delegación se reunirán con el canciller del Vaticano, Dominique Mamberti, aunque estaba previsto conversar con el secretario de Estado, Pietro Paroli.
No obstante, este último no ha asumido por razones de salud, según informó el embajador tico en el Vaticano, Fernando Sánchez.
Será con él con quien, eventualmente, se pueda revisar el estado de las conversaciones para concretar un nuevo convenio que regule las relaciones entre el país y el Estado Vaticano, pues la salida de Benedicto XVI dejó frenado el proceso.
Según Chinchilla, se trata de un trabajo muy lento, así que duda que se concluya en su Gobierno.