Roma, Italia. Esta será una cita de primeras veces. Para la presidenta Laura Chinchilla no solo es su primera reunión con el máximo líder de la Iglesia católica. Es, incluso, su primera vez en El Vaticano.
Ayer le confesó a La Nación : “Lo único que sé es que hay que vestir de negro”. Ella sostiene que se trata de una reunión como cualquier otra con un jefe de Estado. Pero se trata de una audiencia con el Papa.
Ella está a la espera de que el exdiputado Fernando Sánchez, su embajador ante este pequeño Estado, inmerso dentro de la gran Roma, Italia, le señale el protocolo.
Eso en el Vaticano ya de por sí es complicado. Si Chinchilla viniera con su esposo, él no podría acompañarla, pues ella es divorciada.
Pero ese formalismo no la desvela, pues ella viaja sola. Más allá, la cita con Benedicto XVI –programada para las 11 a. m. (3 a. m. en Costa Rica)– tiene temas más profundos.
El Papa está informado de la situación que hay en el país por la legalización de la fecundación asistida (in vitro) y él tiene una posición radical sobre el tema. Ya existe el antecedente del día en que el embajador Sánchez presentó sus credenciales y el Papa tocó el asunto en su discurso. Envió un mensaje directo de oposición a la técnica médica.
Pero, para sumarle un poco de complicación a la visita de Chinchilla, Benedicto XVI suele preparar un mensaje a los países cuyos mandatarios llegan a saludarlo. Y el tema de la legalización de las uniones civiles entre personas del mismo sexo debe estar en su agenda.
Chinchilla dice que no ha recibido consejo alguno para el encuentro. Esperaba anoche reunirse con el embajador Sánchez para eso.
“Frente a una persona como estas, me parece que van a haber temas de fondo que puedan ser los temas que puedan estar preocupando a la Iglesia en la región en donde estamos, temas de violencia, de pobreza. En el caso de Costa Rica, habrá que ver qué temas quiera escuchar”, expresó la mandataria.
– Doña Laura, ¿qué significado tiene para usted, como representante de un pueblo mayoritariamente católico, el reunirse con el líder de la Iglesia? O, perdone que se lo plantee así, ¿usted viene para tener la foto con el Papa?
–“Difícilmente uno hace esto por la foto, porque es una ocasión de encontrarse con un líder mundial, es una gran ocasión para palpar la preocupación que tiene sobre temas relevantes. Recibir sus impresiones de primera mano es muy distinto que leerlas.
”El énfasis le deja a uno más patente y más claro por dónde van las líneas de pensamiento y de acción. Hay muchos temas de relevancia de la agenda religiosa, en donde la Iglesia tiene posiciones y una cosa es leer o escuchar por medio de los emisarios y otra es tener la oportunidad de sentarse a conversar con él”, contestó.
Chinchilla saldrá de esa cita y de inmediato se reunirá con el secretario de Estado, Tarcisio Bertone. Él es el cardenal que lleva las relaciones internacionales de la Santa Sede, con quien se negocia un acuerdo para renovar las regulaciones entre los dos Estados.
En esa cita se tocarán temas sensibles para la Iglesia, como el pago de impuestos, la participación en la educación pública, las relaciones laborales de los curas y el pago de cargas sociales a la Caja Costarricense de Seguro Social. El acuerdo está en gestación, pero es clave en la relación con el Vaticano.
Chinchilla saldrá hoy del hotel Parco di Principe, en Roma, a las 10 a. m. para llegar a las 10:45 a. m. al Palacio Apostólico de la Santa Sede, a encarar una cita definitivamente complicada.