Hillary Clinton y Donald Trump se vieron las caras, la noche de este lunes, en uno de los debates más esperados de los últimos años dentro de la política norteamericana.
El multimillonario y la ex secretaria de Estado discutieron, durante 90 minutos, sobre el rumbo de los Estados Unidos, la prosperidad y la seguridad.
LEA: ¿Por qué defendió Hillary Clinton a Alicia Machado en el debate contra Donald Trump?
El intercambio fue bastante parejo, con Clinton sacando a relucir su basta experiencia y Trump tratando de proyectarse como un candidato presidenciable.
Clinton ganó el debate, según los sondeos de la mayoría de empresas norteamericanas, pero ¿cómo queda la contienda después de este primer encuentro?
Según el analista Carlos Cascante, es claro que ambos candidatos perseguían objetivos muy diferentes en el debate. Trump pretendió bajar el nivel de controversia y Clinton enfocarse en temas más programáticos.
Cascante considera que la ex secretaria de Estado tuvo un mejor desempeño, pero advierte que es poco probable que el debate impacte, fuertemente, en las preferencias de voto, que se encuentran muy parejas (con diferencias casi siempre menores al margen de error de los sondeos) en este momento.
El politólogo Guillermo Barquero coincide con Cascante y agrega que Trump deberá replantearse su estrategia en los próximos debates, ya que en este primer encuentro siguió apelando a repeticiones simplistas, que le dieron resultado durante los debates republicanos, pero que han perdido novedad.
En síntesis, es poco lo que cambió la contienda con este primer encuentro y habrá que esperar a los próximos dos debates —que se realizarán el 9 y el 19 de octubre— para ver si alguno de los candidatos logra despegarse de cara a la elección del 8 de noviembre.
¿Qué pasó en el debate?
El debate comenzó con el tema económico, en este segmento fue en el que Clinton se mostró más débil.
LEA: Clinton y Trump se atacaron con fuerza y chocaron sobre economía y política exterior
Trump defendió una postura a favor de la reducción de impuestos, con la intención de que las empresas no se vayan a otros países. Clinton, por su parte, promovió más impuestos para las grandes empresas y mayor inversión en educación.
Luego de la parte económica, se abordó la situación que viven las comunidades afroamericanas, que sufren de violencia en las calles y abuso policial.
Trump insistió en la necesidad de tener "ley y orden", así como en la urgencia de establecer políticas de cateo y detención en estados como Chicago.
Clinton abogó por mejorar las relaciones entre los policías y las comunidades. Además, pidió afrontar que el tema racial es sistémico; es decir, condiciona dónde viven las personas, dónde estudian y hasta las posibilidades de terminar en la cárcel.
Sobre la política exterior norteamericana, el magnate responsabilizó, una y otra vez, a Clinton por el surgimiento del Estado Islámico. Además, cuestionó a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) porque, según Trump, los Estados Unidos no deberían proteger a países que no pagan sus cuotas a la OTAN.
Trump también cuestionó el acuerdo firmado con Irán, que entró en vigor en enero de este año, ya que considera que terminará consolidando al país islámico como una potencia nuclear, en diez años.
La ex secretaria de Estado se mostró en estos temas mucho más moderada, aseguró el apoyo a los aliados de la OTAN y prometió intensificar la lucha contra el Estado Islámico. Clinton espera sacar al EI de Irak en un año.