Washington
Estados Unidos y Rusia dejaron al descubierto este miércoles sus profundas y peligrosas divisiones sobre Siria y otros asuntos, después de que el máximo diplomático estadounidense salió de una reunión de casi dos horas con el presidente ruso Vladimir Putin.
"Ahora no estamos teniendo una buena relación con Rusia para nada", dijo el presidente Donald Trump durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca con Jens Soltenberg, secretario general de la OTAN.
Fue una evaluación sombría que hizo eco de las palabras del secretario de Estado, Rex Tillerson, luego de su reunión con el mandatario ruso.
Trump expresó que Tillerson había completado una reunión exitosa con Putin, en la que las "cosas salieron bastante bien". Pero al mismo tiempo aclaró que, a partir de aquí, se desconoce hacia dónde irán las relaciones.
Afirmó que "sería fantástico" si ambos países logran mejores relaciones entre sí, pero advirtió que podría ocurrir "justo lo contrario".
¿Siria podría haber lanzado el ataque con armas químicas sabiéndolo Rusia de antemano? El presidente de Estados Unidos comentó que "ciertamente es posible", aunque "quizá improbable".
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La abierta declaración de Tillerson reflejó la incapacidad de los antiguos rivales de la Guerra Fría para alcanzar una mayor cooperación, como hasta hace poco había solicitado Trump.
"Existe un bajo nivel de confianza entre nuestras dos naciones", reconoció Tillerson ante la prensa en Moscú.
Tan solo minutos antes, su contraparte, el ministro del Exterior de Rusia, Serguei Lavrov, aseguró que ambos países acordaron una investigación conjunta al ataque con armas químicas del pasado 4 de abril en el norte de Siria, mismo que provocó que Estados Unidos lanzara un ataque con misiles como represalia.
Washington responsabiliza al aliado de Rusia, el presidente sirio Bashar al Assad, mientras que Moscú asegura que los responsables fueron los rebeldes sirios.
R.C. Hammond, alto asesor de Tillerson, dijo de manera franca que "no se lograron acuerdos". Poco después, Rusia vetó una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que habría exigido cooperación de Siria en las investigaciones.
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Más de 80 personas murieron en lo que Estados Unidos describió como un ataque con agentes neurotóxicos que sin lugar a dudas fue perpetrado por las fuerzas de al Assad.
Rusia asegura que los rebeldes fueron responsables del agente químico que se haya utilizado, algo que el gobierno de Trump señala como una campaña de desinformación.
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La conferencia de prensa en Moscú se llevó a cabo después de que Putin se entrevistó con Tillerson por primera vez desde que Trump asumió la presidencia. Ambos se conocen bien desde la época en la que Tillerson era director general de Exxon Mobil.
Además de Siria, la presunta intromisión de Moscú en los comicios presidenciales estadounidenses también rondó el primer encuentro cara a cara entre Putin y un integrante del gobierno de Trump.
Lavrov criticó las afirmaciones estadounidenses de que tienen "evidencia irrefutable" de que hubo interferencia en las elecciones.
"No hemos visto un solo hecho, ni siquiera una pista de los hechos. Nadie nos mostró nada, nadie dijo nada", afirmó Lavrov.
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Rechazó también las afirmaciones estadounidenses de que hay evidencia incontrovertible de que al Assad ordenó el ataque químico.