Beirut
El Gobierno sirio dio este sábado su aprobación al plan de tregua acordado por Rusia y Estados Unidos, que podría desembocar en la primera campaña militar de ambos países contra los yihadistas, mientras que la oposición siria se mostró cautelosa ante la iniciativa.
Sin embargo, mientras los diplomáticos vendían el acuerdo como un paso en el camino hacia la paz, este mismo sábado varios bombardeos aéreos de origen desconocido dejaron 58 personas muertas en la ciudad de Idleb, 12 civiles muertos en los barrios rebeldes de Alepo y 18 víctimas más en otras localidades de la misma provincia, según un último balance del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
El acuerdo firmado en Ginebra el viernes entre el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, entrará en vigor el lunes, primer día de la fiesta musulmana del Eid al-Adha.
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La agencia gubernamental siria SANA informó que "el Gobierno ha aprobado el acuerdo y el cese de hostilidades comenzará en Alepo por razones humanitarias".
"Esta tregua puede ser más eficaz que la precedente porque puede detener los bombardeos (del Gobierno sirio) contra los civiles y la oposición", afirmó el emisario estadounidense para Siria, Michael Ratney, refiriéndose al anterior acuerdo al que llegaron en febrero Moscú y Washington que fue violado a las pocas semanas.
Según Ratney, los combates deben detenerse el lunes para una primera tregua de 48 horas.
Una responsable del Alto Comité de Negociaciones dijo que el grupo de opositores, a la espera de recibir "el texto oficial", se congratulaba por el acuerdo.
"Saludamos este acuerdo, si llega a aplicarse", dijo Bassma Kodmani. "Estamos esperando que Rusia convenza al régimen, algo necesario para poner en marcha el acuerdo".
Ambas potencias respaldan bandos opuestos en el conflicto: mientras que Moscú apoya al régimen del presidente Bashar al-Asad, Washington ayuda a la coalición de rebeldes que considera moderados.
El cierre del plan se produjo tras una reunión de más 12 horas en Ginebra en un nuevo intento de frenar un conflicto que ha dejado más de 290.000 muertos y millones de desplazados hacia Líbano, Turquía y la Unión Europea.
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Apoyo
El acuerdo ha sido saludado por Turquía –que lanzó en agosto una ofensiva en el norte de Siria contra el grupo Estado Islámico (EI) y contra los kurdos–, así como por Gran Bretaña, Francia y la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
Tanto Kerry como Lavrov dijeron que el complejo plan es la mejor oportunidad para acabar con la guerra entre el régimen y los rebeldes y seguir atacando a los yihadistas del antiguo Frente al-Nusra, antes afiliado a al-Qaida, y al grupo yihadista Estado Islámico.
Un punto clave del acuerdo es la entrega de ayuda humanitaria a los civiles que viven en las áreas controladas por los rebeldes en Alepo, segunda ciudad de Siria, asediada por el Gobierno.