Valparaíso, Chile. EFE. El enorme incendio que desde el sábado consume Valparaíso, ha puesto de manifiesto las carencias urbanísticas y la vulnerabilidad social de esta ciudad chilena, que recuerda con nostalgia un pasado señorial y próspero que la llevó a ser bautizada como la Joya del Pacífico .
Su peculiar geografía urbana, con empinadas y angostas calles en cerros repletos de humildes viviendas, los fuertes vientos y la desidia de las autoridades han confluido en una especie de “tormenta perfecta” que ha dejado al menos 15 muertos, más de 10.000 damnificados y unas 2.200 casas destruidas.
Mientras más de 1.000 bomberos y brigadistas forestales luchan contra las llamas en los cerros de la ciudad , el debate se ha trasladado a establecer las causas de lo sucedido y en descifrar si se podría haber evitado o minimizado la tragedia.
Problema viejo. Para el arquitecto y urbanista Iván Poduje, el gigantesco incendio que afectó a seis cerros de Valparaíso no fue solo el resultado de una combinación trágica y fortuita de factores, sino el desenlace de la negligencia de las autoridades ante un problema conocido por todos.
“Se podrían haber minimizado las consecuencias. Hubo varias advertencias que se hicieron a raíz de incendios anteriores, se detectaron focos de riesgo, pero no se tomó (en cuenta) ninguna de las recomendaciones”, señaló Poduje.
Situada frente al océano Pacífico, la ciudad de Valparaíso tiene una pequeña parte plana frente a la costa y está rodeada de 42 cerros que, con el paso de los años, se han ido poblando, muchas veces de manera irregular y lejos del control de las autoridades.
Según Poduje, el incendio ha quemado los cerros situados en la parte más alta de la ciudad, donde habita gente de escasos recursos, lejos de las pintorescas casas de colores y los ascensores que cada año llaman la atención de miles de turistas de todo el mundo.
En su opinión, parte de la culpa es de la Municipalidad, que en el plano urbanístico de la ciudad ha regularizado barrios que están en zonas de riesgo, dotándolos de luz, agua y algunos caminos.
En el 2008, la fragilidad de la seguridad en los cerros de Valparaíso quedó en evidencia a raíz de un fuego que dejó cuatro muertos y destruyó un centenar de viviendas.
Expertos recomendaron erradicar las casas en las zonas más altas y peligrosas, limpiar la basura de las calles y quebradas y construir cortafuegos y vías alternativas.
En el trasfondo de la situación actual de Valparaíso aparece también el problema del declive económico y la dejadez por parte de las autoridades estatales.
“Ni el municipio ni el gobierno regional tienen los recursos que se requieren para que Valparaíso pueda resolver sus problemas de vulnerabilidad social y territorial”, opinó Poduje.
A pesar del ambiente bohemio, su agitada vida nocturna y del privilegio de ser patrimonio de la humanidad de la Unesco, el Valparaíso actual es apenas un vestigio de la ciudad distinguida y elegante que fue a finales del siglo XIX, cuando fue la capital económica de Chile, gracias al comercio marítimo.