Ciudad del Vaticano. EFE. El Sínodo de Obispos que se celebra en el Vaticano señaló que, en la actualidad, la familia se enfrenta a dificultades derivadas de la crisis económica, pero también provocadas por los medios de comunicación que “a veces proponen modelos que inducen al adulterio”.
“La familia es clave para la sociedad; es la base fundamental de la comunión en la justicia. Ciertamente no faltan dificultades: la crisis económica avanza, los medios de comunicación reducen los momentos de diálogo en el hogar, y a veces proponen modelos que inducen al adulterio”, afirmó ayer la Santa Sede en un comunicado.
El concepto de familia se analizó también para conocer cómo se entiende en las diversas confesiones cristianas.
Se concluyó que, “en general, los desafíos y las esperanzas que atañen al núcleo familiar son comunes a todos los cristianos”.
Y también que “las guerras, las migraciones, la globalización, el drama de enfermedades como el sida y el ébola, el fundamentalismo islámico presente en algunos países, ponen continuamente en peligro el bien de la familia, en todos los contextos”.
El Sínodo mostró su respeto y su comprensión hacia las parejas de homosexuales, aunque reiteró que “el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer”.
“Por cuanto respecta a las personas homosexuales, lejos de cualquier tipo de condena, se puso de manifiesto la voluntad de escuchar y comprender, reiterando al mismo tiempo que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer”, subrayó el Vaticano.
El posible reconocimiento de las uniones entre gais ha sido uno de los temas puestos sobre la mesa en este Sínodo que comenzó el 6 se octubre y acabará el 19 de octubre.
También el de si los divorciados que se hayan vuelto a casar pueden recibir la comunión.
En este sentido, el Sínodo reiteró que “su acogida en la Iglesia puede dar nuevas esperanzas y favorecer un clima familiar más sereno, que a su vez redundaría en beneficio de toda la sociedad”.
Tras el intercambio de opiniones, la próxima semana el Sínodo trabajará para redactar y aprobar un documento final que entregará al papa Francisco.
Diálogo y comprensión. La primera semana se desarrolló en un clima de comprensión y diálogo abierto que permitió el intercambio de opiniones sobre temas difíciles.
“El debate ha sido muy abierto; la gente ha expresado con total libertad sus opiniones y no he visto a nadie que se haya quedado con ganas de decir algo” , manifestó ayer a la prensa el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin.
Precisamente, esta fue una de las peticiones del papa Francisco, quien dijo en su intervención del primer día que quería que todos los participantes hablaran con libertad y dijeran lo que sintieran.
El Pontífice argentino estuvo presente en cada una de las sesiones de trabajo de este Sínodo, excepto el miércoles por la mañana cuando pronunció la audiencia, y contribuyó activamente a favorecer un ambiente relajado.