Kiev. AFP. Estados Unidos y Rusia se hicieron ayer llamamientos recíprocos para hacer aplicar, por sus respectivos aliados en Ucrania, el acuerdo de Ginebra que debe poner fin a la crisis en el este del país, afectado por una insurrección separatista.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, dijo que Estados Unidos debe presionar a las autoridades de Kiev para que respeten lo pactado la semana pasada en la reunión en Ginebra para poner fin a la crisis en la antigua República soviética.
En comunicación telefónica con su homólogo estadounidense, John Kerry, Lavrov “pidió al secretario de Estado que presione a Kiev para evitar que algunos demasiado impetuosos provoquen un conflicto sangriento y llamó a los dirigentes ucranianos a cumplir estrictamente sus obligaciones”, según un comunicado de la Cancillería de Moscú.
De su lado, John Kerry llamó a Rusia a tomar “medidas concretas” para implementar el acuerdo cuatripartito para rebajar la tensión de la crisis en Ucrania.
En una llamada a Lavrov, “solicitó a Rusia tomar medidas concretas para ayudar a aplicación del acuerdo de Ginebra”, como llamar “públicamente a los separatistas a desocupar edificios”, dijo la vocera Jen Psaki.
Este intercambio de llamadas tuvo lugar pocas horas después de la llegada a Kiev del vicepresidente Joe Biden , quien arribó para dar su apoyo a las autoridades ucranianas prooccidentales.
Acusaciones mutuas. Durante su visita de dos días, Biden reafirmará su apoyo al Gobierno. La Casa Blanca amenazó con tomar nuevas sanciones contra Moscú, al que acusa de seguir atizando las tensiones en el este del país, en la peor crisis desde la Guerra Fría.
Antes de la llegada de Biden, Rusia acusó a las autoridades ucranianas de violar “de manera flagrante” el acuerdo alcanzado, el jueves pasado, en Ginebra con Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
“El acuerdo de Ginebra no solamente no es respetado, sino que es violado de manera flagrante por las medidas adoptadas por los que usurparon el poder en Kiev”, afirmó Lavrov en una conferencia de prensa en Moscú.
El pacto quedó debilitado por un tiroteo mortífero el domingo en el este de Ucrania y l a negativa a dar marcha atrás de los militantes prorrusos que han tomado el control de una decena de ciudades.
El acuerdo demanda a todos “los grupos armados ilegales” de Ucrania que entreguen las armas y cesen la ocupación de edificios públicos y otros lugares.
Washington advirtió a Moscú, al que acusa de manejar los hilos de la rebelión en Ucrania, de que el tiempo se está acabando para poner en aplicación el acuerdo.
La Casa Blanca indicó que Biden, muy implicado en la crisis ucraniana desde su inicio en noviembre pasado, realizará consultas para ponerse al corriente de los últimos acontecimientos en el este de Ucrania.
Estados Unidos y la Alianza Atlántica han reforzado su despliegue militar en el este de Europa, y tanto Washington como la UE se han comprometido a aportar ayudas multimillonarias para recuperar la economía ucraniana .
Moscú advirtió de que no tolerará nuevas sanciones estadounidenses si fracasa el acuerdo e insistió en que dispone de miles de tropas desplegadas en la frontera.
Indicó que los líderes ucranianos, cuya legitimidad no reconoce, recurren a la fuerza contra los “manifestantes”. También reclama que los antirrusos de Kiev pongan fin a su ocupación de la plaza principal de la capital, con base en el acuerdo de Ginebra.