Pekín. EFE. La capital china comenzó este martes a tomar las medidas que corresponden a la activación de la alerta roja por contaminación , la primera que se decreta en el país, con la que quiere demostrar que se toma en serio el problema y que a la vez supondrá un examen a su capacidad para gestionarlo.
Activa desde el lunes hasta este jueves, Pekín experimenta de forma inédita lo que supone vivir bajo alerta roja por contaminación desde que este sistema de cuatro colores (rojo, el más grave, seguido de naranja, amarillo y azul) fue puesto en marcha en el 2013.
“Estamos tomando medidas activas”, dijo una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, quien remarcó que China es “todavía un país en desarrollo” que “ha pagado el precio” de décadas de enriquecimiento.
Iniciativas. Entre las medidas que marca la alerta roja, figura que los automóviles privados solo circulen en días alternos y la prohibición de salir a la carretera a camiones pesados, mientras el transporte público ha extendido los horarios y aumentado sus servicios para contrarrestar las restricciones.
Además, se suspenden las obras y las fábricas contaminantes han reducido o parado su producción, entre ellas las de generación de energía, las siderúrgicas y las de producción de cemento y carbón.
Un paquete que, de momento, se limita a aliviar el habitual denso tráfico de la metrópolis, también reducido por la recomendación a las escuelas primarias y secundarias de que suspendan las clases, y la petición a empresas e instituciones oficiales de permitir horarios flexibles para sus trabajadores.
Organizaciones como Greenpeace criticaron la inacción de las autoridades de Pekín durante el pico de contaminación de la pasada semana, que coincidió con el inicio de la cumbre del clima de París , donde ministros de Ambiente intentan alcanzar un acuerdo contra el calentamiento global.
Con la cumbre aún en marcha, Ma declara que ahora las autoridades de Pekín también buscan “demostrar la resolución del Gobierno” chino para combatir la contaminación y el cambio climático, que comparten el consumo de carbón como uno de sus causantes.
Si bien la alerta roja manda un mensaje adecuado, cuando además China se comprometió a tener un papel clave para lograr un acuerdo en París, a las autoridades chinas todavía les falta por ver si las medidas actuales son suficientes para frenar la contaminación que afecta principalmente al norte del país.