Redacción
La Selección de Costa Rica recobró la memoria, venció 0-1 a Estados Unidos y envió señales positivas a un mes de iniciar el camino a Rusia 2018.
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Contrario al pobre papel que interpretó ante Sudáfrica el jueves pasado, la Sele mostró una cara más agresiva y a pesar de que pudo salir con un botín más grande, el triunfo le permite retomar confianza para lo que se avecina.
Esta vez no hubo desatenciones de bulto en la parte baja ni escasa generación de fútbol, por el contrario, la Mayor fue muy superior, el punto negro en la pared blanca, el no liquidar a su oponente. El 0-1 se quedó corto.
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El Macho sólo retocó la parte baja con Kendall Waston por Francisco Calvo y ajustó la cintura con David Guzmán en lugar de Yeltsin Tejeda (por lesión).
El primero trató de jugar sencillo sin dar ventajas, el segundo sacó la escoba para barrer ante un rival acostumbrado a no regalar nada.
En general el equipo patrio mostró más seguridad con la pelota, la pasó con propiedad y evitó así que el rival asumiera el control del partido.
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En la primera parte la Sele lució mejor que la oncena de casa, se apegó al orden, exhibió intención de buscar siempre el área rival y explotar los costados.
En este capítulo hubo dos situaciones apremiantes en cada arco, la primera, un cabezazo de Brek Shea que Navas rechazó abajo; la segunda, un disparo de Venegas que rebotó en la espalda de un zaguero norteamericano.
Buena parte de la mejoría de la Sele obedeció a que Celso Borges encendió motores y jugó más suelto, lo que le permitió disponer de campo abierto para filtrar pases y disparar a arco, esto último su gran deuda en el amistoso del jueves pasado ante Sudáfrica.
Hombres puntuales como Joel Campbell, Marco Ureña y Johan Venegas mostraron chispazos ofensivos, mas, les faltó voltaje para quemar el área enemiga.
Ureña, apenas en el primer minuto del complemento, desperdició una ocasión dorada al quedar frente al arco pero falló al momento de apretar el gatillo. Al atacante hay que destacarle que no dejó de correr y batallar por el esférico.
Después fue Campbell el que no atinó al rematar luego de una pérdida de balón de los norteamericanos. El ariete prefirió lanzar a marco pese a que tenía a Borges abierto y con terreno limpio para anotar.
Joel no se quedó con la espinita clavada y en el minuto 70, por fin, encontró el gol. Tras un pase de Dave Myrie, el atacante tocó preciso a una esquina y se trajo abajo el cero de Howard.
La anotación premió a una selección nacional que se adueñó del juego y no descansó hasta sacudir las redes estadounidenses. La cuenta pendiente recayó en no terminar de ahogar al rival con más goles.
Prácticamente el equipo de Óscar Ramírez anuló a Estados Unidos y lo metió en su zona sin tiempo ni espacio para reaccionar. El sinsabor el ganar apenas por la mínima cuando pudo sonrojarse a los gringos en su casa.