Redacción. EFE. El Real Madrid silenció el siempre cálido “infierno turco” a base de goles, exhibiendo su pegada en el inicio de una nueva búsqueda de la “Décima” Copa de Europa con 1-6 ante el equipo local Galatasaray.
Lo hizo en una excelsa segunda parte que tapó los apuros del primer acto y la lesión de Iker Casillas el día de su regreso.
El fútbol del Real Madrid está por concretar pero en el camino saca a relucir su pegada. El toque que pretendía introducir Carlo Ancelotti no aparece, pero mientras define un estilo, su equipo vuelve a vencer con reminiscencias del pasado, jugando vertical apoyado en un Cristiano Ronaldo letal y con un Karim Benzema más voluntarioso que nunca para finalizar con las críticas.
Ocho meses después, llegaba la hora del regreso de Iker Casillas en partido oficial.
El santo que siempre le acompañó en su carrera parece haberle abandonado. No se cumplía un minuto cuando pasó de ser lesionado por Arbeloa en Mestalla en su último partido, a sufrir un fuerte golpe con Sergio Ramos en las costillas.
Luego una estirada hacia el lado izquierdo acabó con la zona lesionada golpeando con el césped. Sintió que no podía seguir. Y aguantó como pudo hasta que dejó su sitio a Diego López.
Un pase en largo de Di María lo pinchó con clase Isco, cuerpeó con la experiencia de un veterano y soltó un derechazo ajustado al poste para el 0-1.
Ancelotti retocaba posiciones. Cristiano abandonaba la banda y jugaba por el centro. Así pudo marcar el segundo al borde del descanso.
La falta de entendimiento entre su centrales turcos, que se estorban en un balón aéreo, la aprovechó Benzema, más vivo que nunca, para plantarse solo ante Muslera y definir el 0-3.
Llegaba el festival madridista. Con espacios. A toda velocidad, como le gusta. Cristiano pasó a ensanchar sus números y acercarse a Raúl, máximo goleador madridista en Champions .
Firmó el cuarto aprovechando un rechace a remate de Ramos, regaló el quinto a Benzema y dejó un gran gol en el que cerró la goleada de 1-6.