El ataque de Costa Rica es como un acertijo con una respuesta casi imposible de resolver para los más conocedores, pero no por su dificultad al descifrarlo, sino porque las claves no encajan y parecen corresponder a pistas sin sentido al unirlas.
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Así se visualiza la delantera de Costa Rica en la Copa Oro, luego de que el técnico de la Nacional, Paulo César Wanchope, probara tres combinaciones totalmente distintas en los tres primeros juegos, y todas con un común denominador: no fueron la solución y terminaron en un intento deslucido y poco efectivo.
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El combinado patrio solo tiene un cupo definido en la ofensiva, el de Bryan Ruiz, quien disputó todos los encuentros en la Copa. Sin embargo, de ahí para adelante la opción Joel Campbell, Johan Venegas y David Ramírez quedó en deuda ante Jamaica.
Mientras que la combinación de Álvaro Saborío con Ramírez y Joel dejó el mismo sabor de boca contra El Salvador y el más reciente con Johan, Deyver Vega y David tampoco fue efectivo, lo que hace que para el duelo de cuartos de final del próximo domingo no se tenga claro quiénes serán el ataque ante México.
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Las razones para que se den variantes juego a juego son claras para los técnicos nacionales Johnny Chaves, Rolando Villalobos y Marvin Solano: los delanteros no logran entenderse entre sí y su nivel está muy lejos de lo que se esperaba en la Copa.
“El equipo tiene muy poca generación de fútbol, los de arriba casi no rematan, se asocian poco y se les cambia constantemente de puesto, pero no da resultado. No hay claridad o seguridad en quiénes son los que van a jugar por el desempeño, ya que andan bajos de nivel”, señaló Solano.
Por su parte, Villalobos resaltó que es evidente el disgusto de Wanchope con una zona de ofensivos que solo consiguió dos tantos en 270 minutos, de los tres que contabiliza todo el plantel.
“La producción en ofensiva es baja y las combinaciones que se plantean no están funcionando. El técnico no está satisfecho con lo que están haciendo los atacantes y por eso se vienen dando los cambios para encontrar la mejor fórmula”, dijo Villalobos.
Las variantes jornada a jornada tienen sus consecuencias, según Chaves, quien ve contraproducente no definir a los tres hombres que acompañan a Ruiz.
“Se está modificando mucho y el problema es que al cambiar cada dos o tres días, el jugador se confunde y pierde confianza. Así lo perciben los jugadores y eso les mete presión porque saben que ante el error los sacan”, opinó.
El rival del domingo no tiene claro qué ataque deberán contener y en el combinado patrio tampoco hay claridad sobre quiénes serán los encargados de llevar el peligro y buscar los goles que de momento son escasos.