La planilla de la Defensoría de los Habitantes es la tercera más pequeña entre las entidades con cargo al Presupuesto Nacional. Sin embargo, es una de las más jugosas a la hora de repartir incentivos salariales.
Entre los 185 empleados de la Defensoría se distribuyen ¢2.134 millones anuales, en sobresueldos. En el hipotético caso de que todos ganaran igual y se dividiera ese monto entre ellos, cada uno ganaría ¢11,5 millones anuales, solo por pluses.
Para este año la institución destinó ¢4.200 millones (74% de su presupuesto) al pago de salarios e incentivos.
Montserrat Solano, Defensora de los Habitantes asegura que, el problema no es el peso de los salarios y los pluses, sino que el presupuesto restante para otros rubros, como las inversiones, es muy bajo.
La Defensoría pertenece al Poder Legislativo y se inspira en esa entidad y la Contraloría en materia de sueldos y pluses.
Por ejemplo, en el 2010 la institución solicitó que sus salarios fueran equiparados con los de la Asamblea Legislativa porque consideraban que estaban muy por debajo de lo que ganaban los empleados legislativos y más aún de los de la Contraloría General de la República, también parte del Legislativo.
Los ruegos fueron escuchados y un acuerdo del Directorio Legislativo, del 25 de noviembre de ese año, homologó los salarios con los del Congreso y estos a su vez fueron equiparados con los del órgano contralor. De esa forma , las tres entidades nivelaron su salario base.
Además, en las tres se otorga un plus específico. En la Defensoría se llama incentivo defensoría y paga entre un 6% y un 15% sobre el salario base.
“Eso se aplicó porque los salarios de la Defensoría estaban por debajo de los de otras entidades del Poder Legislativo”, justificó la Defensora.