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A partir de este momento, escuelas y colegios de todo el país podrán reducir su huella carbono y, de esta forma, sumarse a los esfuerzos nacionales para alcanzar la carbono neutralidad en el 2021.
Tras el éxito logrado en tres centros educativos, que funcionaron como plan piloto en el 2011 , el Proyecto Escuelas Carbono Neutral se extenderá al resto del país.
“Desde la óptica de la educación, es fundamental desarrollar tanto los conocimientos como la sensibilidad y las destrezas necesarias para garantizar una adecuada convivencia con el medio ambiente. Pero este es un tema que trasciende al sistema educativo y que, para consolidarse, debe llegar a las familias, a los medios de comunicación y a las diversas organizaciones de la sociedad”, dijo Leonardo Garnier, ministro de Educación.
El Ministerio de Educación Pública (MEP) es uno de los impulsores de la iniciativa junto al Banco HSBC, la Fundación para el Desarrollo de la Cordillera Volcánica Central y la Asociación Empresarial para el Desarrollo.
Conocer la huella. La medición de la huella carbono es el nuevo componente del Programa Bandera Azul Ecológica, que otorga galardones anuales.
En este sentido, los estudiantes contabilizarán las emisiones de gases efecto invernadero (GEI), que son los causantes del cambio climático, y se generan a partir de las actividades que se realizan en su escuela o colegio. Después de saber cuántas son sus emisiones de GEI, los niños y jóvenes diseñan un plan para poner en práctica acciones para reducir esa cifra.
En el 2011, el plan piloto involucró al Liceo Experimental Bilingue José Figueres Ferrer (Cartago), la Escuela Miguel Obregón Lizano (Tibás) y el Instituto General de Enseñanza Básica República de Panamá (Desamparados).
En estos, la huella carbono se calculó en 47 toneladas (Escuela República de Panamá), 85 toneladas (Escuela Miguel Obregón) y 189 toneladas (Liceo Experimental Bilingue).
Los estudiantes sembraron árboles, crearon huertas orgánicas, reciclaron, ahorraron agua y energía, entre otras acciones, con el fin de disminuir su huella de carbono.
“Se promueve en los niños y sus familias el pensamiento crítico sobre los problemas ambientales, los lleva a la acción para lograr un cambio de actitud y mostrar que cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la mitigación de esos problemas”, destacó Francisco Coccaro, gerente del HSBC.
