¿Usted recuerda cómo era su vida a los 10 años? Posiblemente estaba en la escuela y al regresar de clases jugaba con sus hermanos y vecinos antes de hacer la tarea, y sus sueños incluían la carrera que estudiaría, los lugares a los que viajaría, la pareja que tendría, o tal vez la forma en la que querría aventurarse en solitario a la vida.
Un informe del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) se centró en la realidad de las niñas de esa edad y destacó la importancia de invertir en ellas para que tengan herramientas que las protejan y puedan elegir su rumbo.
“Es una edad clave, en la que se dan múltiples transformaciones. La mujer comienza a entrar en la pubertad y esto trae cambios emocionales. También su rol en la sociedad se modifica. Es una época en la que se necesita acompañamiento, acceso al sistema de salud, a la educación y a la educación sexual, a información de cómo tomar decisiones”, explicó Paula Antezana, Representante Auxiliar de UNFPA Costa Rica.
Antezana comentó que las jóvenes de zonas fronterizas y costeras de esa edad o cercanas, son las más vulnerables. Muchas veces ellas deben abandonar sus estudios para trabajar en condiciones de explotación y malos salarios o cuidar a sus hermanos menores, y esto les perjudica.
Inversión segura. Apoyar a las niñas evitará que poco después de cumplir los 10, enfrenten trabajos mal remunerados o embarazos no deseados, como sucedió con María Bejarano, indígena gnäbe panameña que vive en Costa Rica desde niña.
Ella tuvo al primero de sus tres hijos a los 13 y considera que la falta de información la hizo tomar decisiones no adecuadas.
“Yo a veces pienso que si mi mamá hubiera hablado conmigo, me hubiera explicado, hubiera sido diferente. Es importante darle a las niñas de 10 años consejos o charlas para que no caigan en lo mismo que uno, porque es difícil ver a una niña de 10, 11, 12 o hasta 13, con una responsabilidad tan grande”, manifestó la joven.
Apoyar las necesidades de las niñas dará mejores condiciones a las 35.670 ticas que hoy tienen 10 años, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC).
“Necesitamos papás y mamás que las acompañen, pero, también, un sistema de salud que las acoja sin importar si tienen seguro o no, educación que las forme y que las empodere”, afirmó Evelyn Durán, asesora del UNFPA en salud reproductiva.
Durán agrega que, aunque la protección debe darse desde que la niña nace, a los 10 años aún se está a tiempo para apoyarla y que tenga un buen desarrollo.
Meta para 2030. El UNFPA se trazó un reto para 2030, cuando las estas niñas tengan 24 años. Lo ideal es que para entonces estas mujeres estén cumpliendo con su plan de vida, hayan tenido oportunidades de estudio, que no estén en trabajos en condición precaria, que no vivan violencia por parte de su pareja, y que hayan podido tomar decisiones sobre su salud sexual y reproductiva.
“Es un reto, pero en la medida en la que estas menores puedan desarrollarse, la sociedad en sí misma va a mejorar y las oportunidades para las futuras niñas serán mejores. Es un trabajo que no podemos hacer solos, implica trabajo del gobierno, de instituciones públicas y privadas, de los papás y mamás y de todos nosotros”, concluyó Antezana.