Washington. EFE El crecimiento de la amígdala cerebral podría indicar el desarrollo del autismo y el momento en que se produce, según un estudio que publica hoy la revista Archives of general psychiatry .
El autismo es la condición más común dentro de un grupo de trastornos del desarrollo que incluye el síndrome de Asperger y el síndrome de Rett, y las autoridades de salud de Estados Unidos calculan que de tres a seis niños de cada 1.000 padecen esta afección.
Además, se estima que los varones tienen cuatro veces más de probabilidades de tener autismo que las niñas, y la edad media del diagnóstico de autismo es tres años.
Los investigadores de la Universidad de Carolina del Norte estudiaron a 50 niños autistas y a 33 en el grupo de control (11 con retrasos de desarrollo y 22 con desarrollo típico) con edades de 18 a 35 meses, e hicieron un seguimiento hasta las edades de 42 a 59 meses.
“Se observó el agrandamiento de la amígdala en los sujetos con autismo, tanto a los dos como a los cuatro años de edad”, indicó el estudio. “También se observaron cambios significativos de volumen en el tiempo”, añadió.
La amígdala forma parte del sistema que opera las respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales y está relacionado con la memoria, la atención, el instinto sexual, la personalidad y la conducta.
Los investigadores determinaron que, en promedio, la amígdala cerebral era un 13% más grande en los niños con autismo que en los del grupo de control.
“Creemos que los niños con autismo tienen cerebros de tamaño normal al nacer, pero en la última parte de su primer año de vida comienza a crecer más de lo normal”, dijo el investigador principal Joseph Piven.