Es la coordinadora de la Iniciativa de Salud Global de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y una de las más connotadas consultoras en prevención y detección temprana del cáncer.
Nació en Canadá, pero buena parte de su vida profesional transcurre en Estados Unidos, donde ha dedicado muchos años a la defensa del derecho a la salud de las latinoamericanas.
Su especialidad es el cáncer de mama, una de las enfermedades más graves y estigmatizadoras entre la comunidad femenina.
A sus 41 años, la misma enfermedad contra la que lucha la sorprendió. La sobreviviente Felicia Knaul utiliza hoy no solo sus conocimientos médicos, sino también su testimonio para que las mujeres cuiden su salud y tengan acceso a una detección temprana y a un buen tratamiento.
Su experiencia y consejos los recopila en el libro Tómatelo a pecho , en la versión en español, y Beauty without a breast ( Belleza sin un seno ), en inglés.
La Nación conversó con ella durante su visita al país, donde participó en el Congreso de Salud Pública. Este es un extracto de lo que dijo.
¿Cómo ayuda la experiencia de luchar contra el cáncer de seno a trabajar en la batalla contra el mismo mal?
Las mujeres ven en mí a una mujer hablando con otra mujer. Por voluntad propia, la mayor parte de mi tratamiento fue en México para entender el sistema por el que deben pasar estas mujeres y las carencias que ellas tienen en materia de atención.
”Vivir una enfermedad crónica te fuerza a navegar por el sistema. Aprendí mucho de lo que no entendía del sistema de salud mexicano. Viví las dificultades que otras mujeres experimentan y supe contra qué tenía que luchar en términos de salud pública”.
¿Cuáles son esas luchas?
En México, muchas son de carácter no tanto médico como social, y se ven de forma muy dura en el entorno familiar.
”A muchas mujeres las abandonan los esposos y quedan sin un apoyo vital; abundan las que tienen hijos pequeños y deben repartirse entre tratamientos, la crianza de los niños y el dolor que cargan en ellas.
”Hay otras batallas que deben librarse para educar a las mujeres, como hacerlas entender la importancia de revisarse las mamas y de ir a que un médico las examine.
”Existen muchos tabúes por el machismo. En ciertas zonas, sobre todo, rurales, algunos hombres les impiden acudir al médico porque ellos son los únicos hombres que pueden verles los senos. Tampoco las dejan explorarse.
”Ese machismo no se ve solo en los hombres, también en otras mujeres, como las suegras y cuñadas, quienes más bien aconsejan a las mujeres no ir al médico para que otro hombre no las toque. El mismo machismo hace a un lado a una mujer a la cual se le debe quitar un seno por cáncer; es como si ella perdiera valor.
”Falta muchísima educación para que las muertes disminuyan. La cantidad de casos cuesta bajarlos en cualquier parte del mundo”.
¿Qué debe conocer cada mujer para mejorar su salud?
Saber que tiene derecho a educación y a atención médica, que el derecho a la salud puede reclamarlo.
”Deben educarse y entender que un tumor no solo aparece en mujeres mayores. Yo padecí cáncer a los 41 años, y no tenía antecedentes familiares ni factores de riesgo. Era difícil que yo desarrollara la enfermedad, pero me pasó; a todas puede sucedernos”.
¿Qué precauciones deben tomar las mujeres para evitar el cáncer o para detectarlo de forma temprana?
Lo más importante es no fumar y deben hacer ejercicios. Eso sí, si tienen alguna condición de salud que les impida ejercitarse, hablen con un médico.
”Es superimportante conocer nuestro propio cuerpo y acudir a que un especialista nos haga una exploración técnica de mamas una vez al año.
”La responsabilidad de la mujer es conocer su cuerpo, y eso debe comenzar desde muy jóvenes. No busquen cáncer, busquen cambios, no solo en sus mamas, sino en todo el cuerpo.
”Si usted no tiene antecedentes familiares de cáncer de mama, comience con una mamografía cada dos años a partir de los 40, y, luego, cada año a partir de los 50. Si su madre o hermanas lo han tenido, consulte al médico. Es posible que requiera ultrasonidos desde joven”.
Como hijas o amigas de otras mujeres, ¿cómo participamos en esta educación?
Apoyando y pidiendo a las mujeres que se cuiden. Pasamos mucho tiempo cuidando de otros y no podemos atendernos a nosotras mismas. Eso está mal.
”Recuerden que su salud es lo más importante, no solo la parte física, su mente y sus emociones también deben estar bien”.