El desarrollo en Costa Rica es ambientalmente insostenible, según confirmó una investigación publicada en el más reciente informe Estado de la Nación .
Los costarricenses estamos consumiendo más recursos de los que nuestro territorio nos puede dar y generando más desechos de los que puede absorber, comprueba el documento.
El informe desmitifica completamente la propuesta –promocionada por los gobiernos desde mediados de la década de 1990 –de que Costa Rica podía desarrollarse en armonía con el ambiente.
El método. Para llegar a esta conclusión se midieron dos variables: biocapacidad y huella ecológica.
La biocapacidad es la capacidad de los ecosistemas para producir materiales biológicos útiles y absorber desechos generados por seres humanos. No se incluyen en este grupo ni áreas desérticas ni mar abierto, por ejemplo.
Tras las mediciones, los investigadores del Estado de la Nación concluyeron que la biocapacidad por persona en Costa Rica es de 1,66 hectáreas. Esto quiere decir que cada persona en el país dispone –en teoría– de 1,66 hectáreas para cubrir sus necesidades.
Por su parte, la huella ecológica midió los recursos que requiere el estilo de vida actual de los costarricenses.
La metodología internacionalmente aceptada para medir la huella ecológica transforma esos requisitos en “hectáreas globales”. Según el estudio, cada tico tiene una huella ecológica de 1,86 hectáreas globales.
Si se resta la huella ecológica a la biocapacidad se dará cuenta de que se presenta un décifit, lo cual quiere decir que el territorio costarricense no alcanza para cubrir las necesidades de la población y que, por lo tanto, el desarrollo tico es ambientalmente insostenible y está dependiendo de la biocapacidad de otros países.
Costa Rica necesitaría que su territorio fuera un 12% más grande para cubrir el consumo de sus habitantes, señala el informe, lo cual convierte a Costa Rica en un país “ecodeudor” al lado de otros como El Salvador, Brasil, Estados Unidos, y México.
No obstante, se debe tomar en cuenta que Costa Rica está por debajo del promedio mundial en huella ecológica, que ronda 2,7 hectáreas globales por habitante.
Aunque mediciones anteriores ya señalaban un décifit entre la biocapacidad y la huella ecológica en Costa Rica, esta es la primera ocasión en que costarricenses realizan el estudio, lo cual permitió recurrir a fuentes más recientes y directas.
Las causas. El mismo informe señala las causas de la deuda ecológica costarricense: “Se debe principalmente a patrones de consumo que, unidos al aumento de población, generan una menor disponibilidad de área por habitante”, se lee en el documento.
El aumento de la población implica repartir la misma capacidad biológica que tiene el país pero entre más personas cada día.
Pero, también, a Costa Rica la afecta la alta emisión de gases contaminantes (el 75% de su energía proviene de hidrocarburos y eso representa cerca del 40% de su huella), el consumo forestal y el mal ordenamiento territorial que se presenta en prácticamente todo el territorio nacional y que impide utilizar los recursos disponibles de la manera más eficiente.