Cinco oficiales rasos de las delegaciones de Liberia y Bagaces, en Guanacaste, fueron detenidos por ayudar a una red dedicada a pasar nicaragüenses de manera ilegal a suelo costarricense.
La captura se realizó con 17 allanamientos hechos por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y el Ministerio Público, en diversos puntos de las provincias de Guanacaste y San José.
Precisamente, en esas acciones policiales fueron arrestadas otras 10 personas que conformaban la organización.
Ella tenía más de un año de estar funcionando, según dijeron el fiscal general de la República, Jorge Chavarría, y el director interino del OIJ, Gerald Campos.
Ese grupo delictivo tenía ganancias de entre ¢5 millones y ¢6 millones cada fin de semana, cuando trasladaban a los migrantes desde Peñas Blancas, en La Cruz, hasta San José centro.
Ayer, las autoridades localizaron a 67 ilegales, quienes, luego de ser interrogados, serán deportados a Nicaragua.
Contra los detenidos se abrió un proceso por el delito de tráfico ilícito de migrantes, que es penado con hasta ocho años de cárcel. Los policías podrían recibir hasta 10 años de prisión.
Modo de operar. Gerald Campos explicó que la investigación de esta organización se inició hace seis meses, pero agregó que, desde hace 10 años, diversas oficinas del OIJ han recibido informes del tráfico ilegal de nicaragüenses.
Agregó que la red desarticulada tiene una rama en Nicaragua que se llama los Talibanes, y otra en Costa Rica, denominada los Catanos .
Gerald Campos y Jorge Chavarría dijeron que, en Nicaragua, el grupo está ligado a una empresa de transporte legal de personas y encomiendas. Allá se encargaban de buscar a los interesados en ingresar de manera ilegal. Los transportan hasta Peñas Blancas, donde bordeaban a pie el puesto migratorio para entrar por un paso ilegal a una casa en suelo tico.
De allí, en automóviles, a los cuales les reforzaban la suspensión y dotaban de vidrios polarizados, los trasladaban hasta San José.
En caso de que los policías hoy detenidos les informaran de algún retén en la carretera Interamericana norte, dejaban a los inmigrantes en el camino o en alguna casa. Allí esperaban a que los recogiera un bus del servicio regular, cuyo chofer sabía del tráfico.
Gerald Campos dijo que en los automóviles metían hasta 11 personas, algunas en la cajuela. “Es inhumano ese viaje”, dijo.
En San José hay un hotel cerca de la parada de buses de la Coca-Cola, donde permanecían mientras conseguían un lugar para vivir.
Los policías detenidos son de apellidos Ávila, Espinoza, Araya, Sandino y Parrales. Además, están otros siete ticos, apellidados Mairena, Díaz, Martínez, Núñez, Obando, Corea (mujer) y Cepeda.
Cepeda fue condenado hace un mes por un delito similar a ocho años de prisión. También hay tres nicaragüenses, de apellidos Ávila, Espinoza y Brais.