Limón. El análisis sobre la legalidad de los rastreos de teléfonos por medio de radiobases, así como de las intervenciones telefónicas y su transcripción, serán claves hoy cuando los jueces del Tribunal de Juicio de Limón, dicten sentencia por el asesinato del ambientalista Jairo Mora Sandoval.
Para el Ministerio Público, al estudiar todos esos elementos probatorios de manera global y unidos a las declaración de los testigos, se encuentran indicios contundentes para señalar que los acusados en este caso, estuvieron en el lugar del crimen, ocurrido en playa Moín, de Limón, el 31 de mayo del 2013.
Por el contrario, los abogados defensores (de ellos cuatro de la Defensa Pública) sostuvieron que durante el juicio, no se aportaron análisis sobre quiénes eran los propietarios de los teléfonos intervenidos.
Además, alegan que con la transcripción de las intervenciones no se cumplió con las reglas que establece la legislación y por tanto, son ilegales.
Los defensores también cuestionaron a los testigos, a quienes denominaron complacientes con la Fiscalía y lanzaron fuertes críticas a la investigación desarrollada por los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Limón.
Serán los jueces Luis Rodríguez Arauz, Hernán Salazar Salazar y Yolanda Alvarado, quienes hoy a las 9 a. m. aclaren las dudas y decidan si hay culpables en el asesinato o el caso permanecerá impune.
Antecedente. En este juicio, que inicio el 3 de noviembre pasado, se juzga a siete hombres por el asesinato de Jairo Mora y, las agresiones a cuatro voluntarias; una española y tres estadounidenses que le acompañaban la noche del 31 de mayo del 2013.
También se les atribuye delitos de retención y robo en perjuicio de (13 días antes del crimen) a un matrimonio limonense y sus dos sobrinos menores.
Contra cinco acusados, de apellidos Quesada, Cash, Centeno y, dos hermanos apellidados Salmon, se pidieron 60 años de cárcel para cada uno. En tanto para los otros dos encartados, de apellidos Delgado y Arauz, solicitaron 35 años por el homicidio.
De acuerdo con el Ministerio Público, Jairo Mora fue asesinado por los roces y las amenazas que recibió de algunos hueveros , ya que él se dedicaba a resguardar el desove de las tortugas en la playa de Moín.
Precisamente, el ente acusador del Estado asegura que los imputados se habían dedicado por años a la extracción de huevos de tortuga para su comercialización ilegal.
La noche de los hechos, de acuerdo con la Fiscalía, los encartados sabían que quien estaba en la playa era Jairo Mora y las voluntarias.
Fue entonces cuando, presuntamente, decidieron acabar con la persona que estaba frenando la actividad delictiva.
Durante el debate siempre estuvieron presentes los padres de Jairo Mora, las dos hermanas y otros familiares muy cercanos.