Fracasó cuarta búsqueda de avión argentino en Talamanca

La cuarta expedición de búsqueda del avión argentino TC-48, desaparecido en 1965 con 69 personas a bordo, terminó esta semana con un nuevo fracaso.

Dos tenientes de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) que vinieron a realizar la búsqueda se marcharon del país, el martes pasado, sin encontrar rastro alguno de la aeronave, un Douglas DC-4 que se perdió minutos después de cruzar el límite marítimo entre Panamá y Costa Rica, en el Caribe.

En las últimas dos semanas, los oficiales argentinos hicieron tres incursiones a la Cordillera de Talamanca: por Telire, la laguna de Dabagri y la naciente del río La Estrella, en la fila Matama.

Ellos fueron apoyados por un baquiano de Grano de Oro (Turrialba) y el experto en búsqueda y rescate, José Campos.

Contaban con una buena pista: el testimonio de un lugareño quien afirma haber estado en el sitio del accidente hace unos 20 ó 25 años. A los rastreadores el informante les pareció una persona “seria y formal”. “Nos dio la impresión de que era un buen dato”, explicó Campos. Pese al esfuerzo, la patrulla no logró llegar hasta ese punto.

Lo que sí encontró, en medio de la selva, fue un gran cementerio indígena. El sitio fue inspeccionado por dos arqueólogos del Museo Nacional. Allí hay piezas con una antigüedad de entre 800 y 1.500 años.

Nuevo intento. Edwin Araya, un costarricense que estudió en la Escuela de Aviación Militar de Córdoba, Argentina, (a la que pertenecieron los cadetes accidentados), informó que en marzo del 2010 se realizará una quinta incursión, llamada Esperanza V .

Los operativos son financiados por la Fuerza Aérea Argentina. Araya funge como enlace.

“De haber caído ese avión al mar, habrían aparecido algunas cosas. Hay muchos rumores de que cayó en tierra. Mientras volaba cerca de Changuinola (Panamá), el piloto reportó tener problemas en uno de los motores. Cinco minutos después comunicó que fallaba el segundo motor. Creemos que por eso hizo un viraje hacia la izquierda (en dirección a tierra).

“No pudo tomar mucha altura, pues iba cargado de combustible (se abasteció en Panamá) y con pasajeros”, explicó Araya. El montañista José Campos contó que en 10 años de búsqueda “nunca hemos encontrado ni una lata ni un botón ni un trozo de uniforme”.