Videl Esquivel Cubillo cumplió el lunes cuatro meses de nacida, pero el día siguiente murió.
El sábado ingresó al Hospital de Niños en paro cardiorrespiratorio, con una importante lesión cerebral y fracturas en sus costillas, causadas por los golpes que recibió y que le ocasionaron hemorragia y contusión cerebral.
La menor se aferró a la vida por casi 72 horas, pero falleció anteayer, a las 10 p. m.
Tras la alerta de los médicos a la Fiscalía, las autoridades detuvieron a ambos padres: la madre (de 28 años) fue dejada en libertad con medidas cautelares y el progenitor, de 25 años, descuenta dos meses de prisión preventiva y está acusado por el homicidio de otro hijo de 14 días de nacido, en el 2011.
El caso de Videl consterna, pero las autoridades médicas están alarmadas porque en lo que va del año, 1.970 pequeños agredidos fueron atendidos en el Hospital Nacional de Niños.
Así lo informó su director, Orlando Urroz, quien se mostró preocupado porque los 10 meses de este año superan en un 28% los casos registrados en todo el 2013.
El año pasado hubo 1.540 niños que se atendieron por agresiones –cuatro por día–, pero entre enero y octubre se recibieron 1.970, un promedio de siete diarios. Las agresiones incluyen quemaduras, abuso físico, sexual, emocional, accidentes viales, entre otros.
Este año han muerto 31 niños por violencia y negligencia, pero no todos estuvieron relacionados con traumatismos tan graves como el de Videl.
“Hay un aumento extraordinario de la cantidad de chiquitos relacionados a un diagnóstico de violencia. No hay duda de que la causa número uno es la negligencia por falta de prevención. Este último caso de abuso físico fue extraordinariamente brutal y agresivo”, dijo el doctor.
Para Urroz, es necesario redoblar esfuerzos, enfocados en establecer una plataforma para fortalecer valores, espiritualidad y la comunicación en las familias.