Ocho hombres perdieron la vida en cuatro accidentes de tránsito ocurridos entre las 4:50 p. m. y las 11:20 p. m. del viernes.
El hecho más trágico ocurrió el viernes a las 4:50 p. m., 500 metros al suroeste del Hogar de Ancianos de Pital, San Carlos.
En ese lugar chocaron un microbús Hyundai Starex con 12 peones que venían de arrancar yuca en Guatuso y un autobús con 25 pasajeros que cubría la ruta entre Pital-Ciudad Quesada.
Debido al impacto, murieron el conductor del microbús Remberto Mejía Mairena, de 33 años, y tres de sus pasajeros, Henry Monroy Merlo, de 42, y los hermanos Ariel y Wilberth Urbina, de 45 y 20 años; todos de nacionalidad nicaragüense.
Además, 23 personas resultaron heridas. El más grave es Jeffry Brenes Marín, quien permanece internado en el Hospital de San Carlos, informó la Cruz Roja.
En atropellos. La cadena de hechos trágicos siguió el viernes a las 6:18 p. m., en Cieneguita, de Limón. En este lugar falleció Ismael Benavides Vega, de 49 años, al ser atropellado por un vehículo cuando viajaba en una bicicleta.
A las 7:30 p. m. del mismo viernes, un cosechador de naranja, Juan Padilla Miranda, de 25 años, fue hallado sin vida tirado en la vía pública, 300 metros sur del puente sobre el río Hernández, en Los Chiles, Alajuela.
Padilla regresaba de trabajar cuando fue atropellado por un vehículo que huyó del sitio.
El último hecho mortal ocurrió a las 11:20 p. m., en Calle Zamora, en San Ramón de Alajuela, cuando dos hombres de origen nicaragüense y que no han sido identificados, perdieron la vida al ser atropellados por un conductor que también se dio a la fuga.
Tanto para el Tránsito como el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), los últimos accidentes se debieron a imprudencias de conductores. En un caso, por invasión de carril, y en los otros, a causa del exceso de velocidad.
Las autoridades informaron de que con estas muertes ya suman 87 las personas que fallecieron en accidentes viales este año. Durante el 2013, fueron 72 en el mismo periodo.
Fatalidad. Alfonso Monroy Pallón, de 74 años, uno de los sobrevivientes contó que durante el viaje hacia Pital, le pidieron al chofer que bajara la velocidad.
“Varias veces le dijimos que la llevara suave, pero estaba molesto y nos dijo que en media hora tenía que llegar a Pital, cuando lo que normalmente se dura son 50 minutos.
”Después, lo que recuerdo es un fuerte golpe, alguien gritando. Me bajé del carro y me fui a buscar a mi hijo, lo toqué y esperé a su lado hasta que lo sacaron del vehículo. Él ya había fallecido”, explicó Monroy. Colaboraron: Carlos Hernández, Raúl Cascante y María Salazar