Brasil fue campeón en 1958 y 1962 porque basó su selección en el entonces prodigioso equipo Santos, de Sao Paulo. Holanda quedó dos veces subcampeona porque cimentó su alineación en el Ajax de Amsterdam, que a principios de los setentas causaba furor y devastación en toda Europa. Alemania fue campeona en 1974 porque armó su equipo con jugadores del poderosísimo Bayern, campeón europeo en 1974, 1975 y 1976. España fue campeona en 2010 porque se estructuró en torno al Barcelona, equipo hegemónico del momento. Al pasar revista a los campeones mundiales, advertimos que siempre —repito: siempre— existe une relación entre el éxito de la selección y algún equipo de su correspondiente liga que opera como columna vertebral del representativo nacional. Es útil, estudiar la historia amigos, útil y provechoso.
Solo en Costa Rica parece no aplicar esta saludable política. El señor Ramírez se aferra a sus viejas argollas liguistas, en lugar de convocar jugadores del Club Sport Herediano, el equipo que hoy representa por muchísimo lo mejor del fútbol nacional. Eso, o bien mete a un par de inocuos saprissistas (Carvajal y Colindres), para disimular su rojinegra proclividad. ¡Poner a Danny Carvajal en lugar de Leonel Moreira en el partido contra España! Ramírez cantinfleó alguna “explicación” que a nadie convenció, para este colosal despropósito. La verdad de las cosas es que Herediano debería ser la base de la Selección Nacional. Reforzado por tres o cuatro legionarios, sería el equipo perfecto.
Por supuesto, los hay que corren a recordarnos que poco antes de Brasil 2014, la Selección fue aporreada por Japón (3-0) y Chile (4-0). Esto es un modelo de falso, incorrecto razonamiento. De que nos vapuleen antes del mundial no se sigue, como ley matemática, que en la gran justa vamos a tener un brillante desempeño. Antes bien, suele acontecer lo contrario. Sucedió una vez, pero no sucederá dos. Cuatro años es tiempo más que suficiente para mermar la condición física de un jugador. En la selección hay hombres que tienen ya tres mundiales a la cola.
¡Jugar contra España, sin ni un solo jugador del campeón nacional y actual líder, en la alineación entera más los seis suplentes! Irracional, incomprensible, inexplicable.
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Herediano, el equipo que nació grande