Cada 9 de agosto, desde 1994, se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, establecido así por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El objetivo principal de esta conmemoración es fortalecer la cooperación internacional para la solución de los problemas que enfrentan estas poblaciones en asuntos de derechos humanos, medioambiente, desarrollo, educación y salud.
En este 2015, las Naciones Unidas insta a los países a doblegar esfuerzos para garantizar la salud y el bienestar de los pueblos indígenas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social. No es solamente la ausencia de afecciones o enfermedades lo que viene a definir el concepto de salud.
En efecto, los pueblos indígenas consideran la salud un estado general de bienestar físico, mental, social, moral y espiritual, que implica una serie de condiciones de las que han carecido las poblaciones indígenas al ser atendidas en hospitales y centros de salud.
Para los indígenas, estar saludables es tener un equilibrio cósmico, en donde todo gira en torno a la madre tierra. En este concepto de salud, la vida tiene un vínculo estrecho con el sentido, la mente, el alma y la naturaleza. Todo mal contra la Tierra se le hace también al ser humano. Si se enferma la Tierra, se enferma todo.
Los mayores indígenas se enferman tan solo de saber que serán llevados a un hospital, porque el contexto en el que va a ser atendido se aleja de sus principios culturales.
Es necesario que la atención a la salud de los pueblos indígenas se planifique con un enfoque bicultural, que integre tanto la medicina convencional como la medicina tradicional indígena.
Pequeño avance. Si bien es cierto ya se están dando los primeros pasos en esta dirección, hace falta mucho por promoverles a estas poblaciones su digno derecho a la salud, como lo demanda el Convenio 169 de la OIT, en el artículo 25, incisos 1 y 2 que dicen:
1 . Los gobiernos deberán velar por que se pongan a disposición de los pueblos interesados servicios de salud adecuados o proporcionar a dichos pueblos los medios que les permitan organizar y prestar tales servicios bajo su propia responsabilidad y control, a fin de que puedan gozar del máximo nivel posible de salud física y mental.
2 . Los servicios de salud deberán organizarse, en la medida de lo posible, en las comunidades. Tales servicios deberán planearse y administrarse en cooperación con los pueblos interesados y tener en cuenta sus condiciones económicas, geográficas, sociales y culturales, así como sus métodos de prevención, prácticas curativas y medicamentos tradicionales.
A pesar de que algunas instituciones públicas intentan respetar los derechos básicos establecidos en la normativa jurídica, se quedan cortas en la propuesta y gestión de programas interculturales y en la adecuación según las condiciones específicas de estas poblaciones.
En un Estado de derecho que pretenda tener justicia en aspectos relacionados con la salud indígena, se ha de ejercer el sincretismo de la medicina convencional con la tradicional, de manera que el servicio se acople a los principios culturales de estas poblaciones ancestrales.
Uriel Rojas Rojas es promotor cultural.