La falta de dinero, de tiempo para cocinar, el cansancio, la propaganda de comidas poco saludables o la falta de motivación de los padres, son algunos de los principales obstáculos para que las familias, y en especial los niños, niñas y adolescentes, disfruten de una alimentación equilibrada y logren reproducir, en las nuevas generaciones, hábitos saludables, que reduzcan el padecimiento de enfermedades crónicas, entre las que destacan las cardiovasculares y los cánceres de colon y estómago, cada vez más comunes entre la población costarricense.
Según los resultados de las investigaciones conjuntas realizadas por la Universidad de Harvard, la Universidad de Costa Rica y el Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (INCIENSA), el 49% de los jefes de hogar, reconoció que sus comidas son “algo balanceadas”, 27% dijo que eran poco balanceadas, mientras un 6% nada balanceadas.
También se descubrió que el tico dejó de comer o bajó el consumo de muchos alimentos que tienen “efectos protectores” que hacen que el riesgo de enfermedades cardiovasculares en el país sea entre un 35% y un 40% mayor que hace 30 años.
Datos que explican el por qué entre julio del 2008 y julio del 2009, se hospitalizaron, según la CCSS, 19.500 costarricenses por enfermedades cardiovasculares. La mayoría, por infartos al miocardio.
De estas 4.000 personas que mueren antes de ingresar al hospital, la mitad de ellos ya había sufrido un infarto cardiaco anteriormente.
De estos 19.500 hospitalizados, cabe destacar que 4.045 pacientes eran menores de 40 años y de ellos 1.825 eran mujeres.
Sin embargo, hace nueve años, por cada mujer que tenía un infarto había de 4 a 5 hombres, hoy la relación se reduce a de 2 a 3.
Consumir frutas y vegetales. Estos reveladores datos, deberían ser suficientes para que los y las ticos volvamos a poner en nuestra mesa los alimentos y cantidades saludables que nos mantenían sanos del corazón, incrementando el consumo de frutas y vegetales, frijoles, pescado, huevos y el uso del aceite de soya.
Sin embargo, en nuestro país a pesar de la cantidad y calidad de frutas y vegetales que el país produce, y los precios bajos que mantienen desde mediados del 2008, los ticos si acaso comemos en promedio, dos porciones diarias que equivalen a 200 gramos de frutas y vegetales, la mitad de lo que la Organización Mundial de la Salud recomienda para estar saludables.
Comer saludablemente es mucho más económico según datos del Banco Mundial que estima que las pérdidas por malos hábitos de salud, entre ellos la malnutrición, supera el 10% de los ingresos que una persona obtendría a lo largo de su vida, y como país la malnutrición puede provocar la pérdida de hasta el 2% o el 3% del producto interno bruto (PIB), lo que confirma que comer más sano es más barato tanto para las personas como para el país.
Por eso es valioso mencionar el esfuerzo que realiza Wal Mart Centroamérica con su proyecto de Responsabilidad Social Empresarial “Comer Más Sano es Más Barato”, con el cual se está promoviendo el consumo de al menos 5 porciones de frutas y vegetales al día.
Ojalá esta sea una de muchas iniciativas privadas y públicas que contribuyan a recuperar hábitos saludables de alimentación, al mismo tiempo que se promueven el consumo de productos con sello nacional que fortalecen también, el mercado local.
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