En la nota intitulada “Kattia Martin: La destitución que nunca se concretó en el PAC” ( La Nación, 13/8/2015) la presidenta de la agrupación, Margarita Bolaños, afirma que no estoy participando “en ninguna decisión del partido”.
Dicha aseveración deja entrever una falta de obligación de mi parte, que no tiene asidero.
Está claro que, tras la decisión tomada por la Asamblea Nacional del pasado 14 de marzo, mi persona fue separada del Comité Ejecutivo Nacional. Esto fue público y notorio, ampliamente difundido por todos los medios de comunicación.
Asimismo, la invalidación del TSE me era desconocida, pues nunca me la notificaron. Por lo tanto, me resulta materialmente imposible tomar parte en decisiones de las que formalmente fui destituida, en el marco de una Asamblea Nacional de cuyas disposiciones, como máxima autoridad partidaria que es, he sido siempre respetuosa.
A partir de lo expuesto, la expresión “la única opción” es que presente mi renuncia, es indeterminada pues, ¿cómo puedo renunciar a un puesto del que, en votación pública y ante delegación formal del TSE, fui destituida?
Finalmente, la aseveración de que “la agrupación está imposibilitada para concretar la salida de Martin y que la única opción es que ella presente su dimisión”, es imprecisa.
Siempre estimé que, en este caso, se violaba el derecho al debido proceso, en virtud de que el Código Electoral y el Estatuto partidario establecen, en los artículos 73 y 18, respectivamente, que el Tribunal de Ética interno debía llevar a cabo las indagaciones y valoraciones a fin de resolver, bajo criterios de legalidad, qué era lo que correspondía hacer en mi caso.
Kattia Martin Cañas