Infraestructura: responsabilidad de todos

Nuestros enemigos: desinformación, mínimo esfuerzo, demagogia y cortoplacismo

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Basta un día para que un ciudadano experimente la proeza que significa transportarse a su lugar de trabajo, para que un empresario experimente el enorme costo que significa desarrollar su actividad bajo una infraestructura obsoleta, para que un médico experimente la impotencia de no poder brindar su servicio en las instalaciones de calidad que los pacientes merecen, para que un estudiante experimente la desilusión de ver sus sueños de superación chocar contra instalaciones que no se adaptan a las nuevas realidades, para que un policía penitenciario experimente la tensión que implica administrar recintos obsoletos y sobrepoblados o para que un niño costarricense experimente la tristeza de ver los ríos de su país convertidos en cloacas por la falta de plantas de tratamiento. Sencillamente, basta un día para constatar el reto que TODOS afrontamos de modernizar nuestra infraestructura económica (transporte, energía y telecomunicaciones) y social (agua potable, alcantarillado, salud, educación). Y es que una tarea de estas dimensiones requiere del mayor compromiso y responsabilidad por parte de todos los sectores de la sociedad.








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