Una profunda reforma vial

Para superar la crisis de las carreteras hay que transformar la gestión institucional

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Una gran parte de la red vial nacional está colapsada. Su mal estado y falta de capacidad genera presas y accidentes. Muchas de las pocas obras que se construyen sufren interminables retrasos y generan absurdas multiplicaciones de costos. Los empréstitos externos para reparar, ampliar o construir se ejecutan con enervante y onerosa lentitud. Las concesiones están virtualmente paralizadas, en un mar de planeamiento deficiente, control insuficiente y prejuicios crecientes.








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