La muerte de Gadafi

Gadafi, defenestrado pero con vida, habría sido una amenaza constante de inestabilidad debido a sus innumerables alianzas con tribus, clanes y agrupaciones diversas

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La muerte de Muamar Gadafi disipó una inquietante sombra proyectada sobre el futuro político de Libia. Gadafi, defenestrado pero con vida, habría sido una amenaza constante de inestabilidad debido a las innumerables alianzas con tribus bereberes, con clanes y agrupaciones diversas que el déspota cultivó a lo largo de sus 42 años de poder férreo y absoluto. El final de esta oscura época conlleva, además, un mensaje insoslayable de finitud para los restantes autócratas del ámbito árabe, así como para sus émulos de nuestro vecindario, en especial Hugo Chávez y Daniel Ortega, autodeclarados hermanos del alma del sanguinario exjefe libio.








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