Desde su fundación en 1945, y durante sus más de 70 años de existencia, ninguna mujer ha ocupado la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas, la más alta responsabilidad jerárquica en este foro mundial.
Existe un movimiento de países, liderado por Colombia y del que Costa Rica es parte, para que la próxima persona en ser elegida para este cargo sea una mujer. ¡Qué privilegio para Costa Rica contar con una muy fuerte candidata, con una persona del calibre de Christiana Figueres!
Christiana es una diplomática con una brillante carrera profesional y demostrada capacidad negociadora. Logró aquello que parecía, hasta hace muy poco, imposible: una negociación entre las posiciones contrapuestas de los países desarrollados y los emergentes. Gracias a su certera conducción, capacidad de convencimiento y liderazgo, el mundo cuenta con un Acuerdo para el Cambio Climático.
Además de su capacidad y buenas credenciales, Christiana tiene dos excelentes cartas de presentación: Costa Rica goza de un gran prestigio internacional por ser una centenaria democracia, con vocación pacifista al ser el primer país del mundo en abolir su ejército, con una férrea defensa de los derechos humanos y un gran compromiso con el desarrollo sostenible y, además, Christiana es hija de don José Figueres Ferrer, para los ticos nuestro querido don Pepe, una de las más grandes y connotadas figuras del siglo veinte, no solo de Costa Rica sino también de Latinoamérica y el mundo.
Christina enfrentará varios escollos en la lucha por la Secretaría; el más fuerte, la práctica de la rotación por regiones, que si bien no es obligatoria, sí se ha respetado en las elecciones pasadas, y que en esta ocasión beneficiaría las candidaturas de Europa del Este. Por ello no es fruto de la casualidad que una mayoría de los candidatos oficiales son de esa región.
Pero, además, siendo una nominación a cargo del Consejo de Seguridad, deberá demostrar y brindar confianza sobre sus capacidades en materia de paz y seguridad internacional, sobre todo, a los cinco miembros permanentes del Consejo que cuentan con derecho a veto.
Es un acierto del gobierno el impulsar la candidatura de Christiana y apoyamos desde esta columna a nuestro cuerpo diplomático en su despliegue por dar la mejor pelea para que la próxima secretaria general de las Naciones Unidas sea una mujer costarricense del prestigio y estirpe de Christiana Figueres.