Red de cuido
Protesta de madre
El pasado 10 de marzo me presenté al IMAS de Cartago para solicitar la inclusión de mi hijo de 2 años en el programa Red de cuido. Hice una fila de más de 4 horas y recibí como respuesta que yo no calificaba. Dijeron que esta decisión la tomaron por mi salario, pero no creo que el sueldo de una cajera de almacén sea suficiente para que se me considere de clase alta.
Esto me molesta porque siempre han dicho que el fin de la Red de cuido es ayudar a las madres jefas de hogar que trabajan; sin embargo, conozco muchos casos donde señoras no trabajan y tienen a sus hijos ahí. Pienso que el Gobierno no combate la pobreza porque para recibir algún tipo de ayuda se debe estar desocupado y sin ningún anhelo de superación.
Cindy Quirós Navarro
Cartago
BCR excelente
Excelente la atención en el Departamento de Tarjetas del BCR, en especial la señorita Marjorie Monge. Luego de mi carta, me llamaron y solucionaron el inconveniente que presentaba mi tarjeta de crédito.
Homero Escorcia López
Pavas
Claro responde
Con respecto a la carta de la señora Eleonor Villalobos Mora, intitulada “Línea de Claro”, le queremos comunicar que como usuaria de una línea prepago tiene todos los derechos del consumidor que la legislación le da y que Claro está en la mejor disposición de revisar su caso. Le solicitamosque se ponga en contacto con nosotros a través del correo electrónico clientes@claro.cr para que nos envíe sus datos básicos de manera que un funcionario de nuestro Departamento de Servicio al Cliente converse con usted. Con el número del chip que compró, la fecha y monto de la recarga, procederemos a devolverle su dinero.
Siempre recomendamos a nuestros clientes de líneas prepago que al comprar un chip este sea instalado en su teléfono y se verifique inmediatamente la recarga pagada, que sucede segundos después a través de un mensaje de texto que recibe en su teléfono al insertar la tarjeta SIM. No recomendamos comprar un chip sin hacer el procedimiento de verificación porque se presta para estafas en compras rápidas de gente inescrupulosa que no tiene nada que ver con nuestra empresa.
Carolina Sánchez
Vocera de Claro
Niños con hambre
En La Nación del 10 de marzo del 2014, aparece un artículo intitulado “Alumnos pobres pasan hambre cuando los comedores cierran”. Muchos hogares y restaurantes desperdician comida de mil maneras. Niños hambrientos claman por un bocado, este drama de miseria debe llevarnos a la reflexión para que el corazón de los que más tienen haga su aporte. No será mucho sacrificio desprenderse de unas pocas monedas o de un comestible para llenarles la pancita. El hambre es una situación constante para los que vinieron al mundo en medio de la pobreza. La alegría de sentarse a la mesa y disfrutar de los sagrados alimentos no existe para esos pequeños. Palabras sagradas: “démosle de comer al hambriento”
Manuel A. Campos Guevara
Cartago
Excusas de TIGO
A diario debo entrar a un portalweb de una universidad fuera del país. Tengo problemas para acceder a sitios de esa universidad y mi proveedor de Internet, Tigo, me ha dado múltiples excusas técnicas, pero nunca resuelve el problema. Envío correos, varios reportes, horas de atención técnica, pero ninguna explicación y menos una solución por parte de TIGO. Curiosamente, sí logro conectarme con otro servicio de Internet, inclusive accedo, sin inconvenientes, a ese portal a través de mi celular Kölbi.
Creo que pasaré a Kölbi mi servicio de Internet en casa, mientras Tigo sigue buscando excusas diferentes cada vez que llamo y que no resuelven nada.
Julia Espinoza Guzmán
San José
Prohibición para médicos en CCSS
La CCSS debería implementar una “prohibición” para que los médicos que sirven en la Caja ejerzan su profesión libremente. Es de interés para todos los que contribuimos con la Seguridad Social que estos médicos se dediquen exclusivamente a atender a los afiliados.
Estoy seguro de que con esta prohibición, situaciones como la acontecida recientemente en el HNN no habría sucedido y esa familia de Cóbano de Puntarenas no estaría llorando la muerte de su bebé.
Diego Segura Vásquez
San José
Consumidora molesta
El domingo 2 de marzo, en El Lagar de Santa Ana, mientras realizaba mis compras, vi un cajón con alfombras que tenía un rótulo con el precio de ¢2.250. Entonces, tomé dos alfombras y me dirigí a la caja para pagarlas. La cajera misma se sorprendió del precio e, incluso, le pidió a un compañero que le trajera una. Pagué la factura y cuando me la iban a entregar, me dijeron que había un error, que en ese mismo cajón había alfombras de dos precios, y me devolvieron la plata. Me quejé con el administrador y le indiqué que el precio me lo debían respetar, pero no quiso. Este negocio no respeta la Ley de Protección al Consumidor.
Ana Marcela Zeledón Solano
San José